La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud. (Proverbios 4:18, NVI).
El apóstol Santiago dice que en Dios «no hay mudanza ni sombra de variación” (Santiago 1:17); y Hebreos agrega que nuestro Señor «es el mismo ayer, hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8). En cambio, nosotros, que mudamos, variamos, cambiamos de opinión, vivimos en un constante crecimiento, en ocasiones nos ufanamos de una inmovilidad que nos impide avanzar y crecer. Y muchas veces justificamos esa conducta atribuyendo que lo hacemos porque Dios no cambia. Una anécdota de Melancthon, el inseparable compañero de Lutero, nos ayuda a ilustrar lo que quiero decir. Melancthon estaba exponiendo sus ideas sobre un tema, y uno de los oyentes le reclamó porque lo que decía en ese momento difería de lo que él mismo había enseñado años atrás. El reformador le ofreció una respuesta que a mí me parece magistral: «¿Usted cree, señor, que he estado estudiando asiduamente durante treinta años sin haber aprendido nada?”.
Elena G. de White dijo: «Una experiencia religiosa que es genuina, se desarrolla y se intensifica. El avance continuo, el conocimiento creciente de la Palabra de Dios y su aplicación con poder, son los resultados naturales de una conexión viva con Dios. La luz del amor santo va en aumento hasta llegar al pleno día” (Testimonios para ła iglesia, t. 5, p. 389). ¿Tu experiencia con Dios se ha desarrollado e intensificado? La respuesta a dicha pregunta dependerá de cuánto hayas avanzado en el conocimiento de la Palabra. No vale decir: “Es que desde niño eso fue lo que me enseñaron”. La relación con Jesús es de crecimiento y avance continuos. Seguiremos cambiando “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13).
Salomón señaló nuestro continuo avance al indicar que “la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4:18). Ser cristiano conlleva transitar por una ruta de vida que se vuelve cada vez más brillante para nosotros y para quienes nos rodean.
Que la luz de la Palabra divina siga creciendo en ti y alumbrando tu camino.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2023 «YO ESTOY CONTIGO» Promesas Bíblicas para vivir confiado Por: VLADIMIR POLANCO Colaboradores: Silvia Garcia y Alexandra Pérez