ORÓ PIDIENDO DIRECCIÓN
«Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán». Isaías 40:31, NVI
ME DESPERTÉ a las dos y media de la mañana y busqué al Señor, como suelo hacerlo, para recibir sabiduría y gracia, incluyendo en mi oración agradecimientos por su tierna y amorosa compasión hacia nosotros. Las palabras de Isaías 40: 28-31 parecen apropiadas y me causaron profunda impresión. […]
Mi oración es: «¡Ayúdame, Padre celestial, a confiar plenamente en tu sabiduría y a no confiar en mi entendimiento! Guía tú mi pluma y dirige mi conversación para que no peque contra ti con la voz o la pluma. Debo recibir gracia. Te ruego que me enseñes tu verdad para no alejarme de tu camino. ¡Señor! Soy toda debilidad, pero tú eres fuerte, fortaleza y ánimo para tu pueblo, si ellos se esfuerzan con diligencia para que seas su confianza».— Manuscrito 62, 1896 (pasajes tomados del diario personal de Elena G. de White, 14 de febrero de 1896).
El Señor es bueno y misericordioso. Quiero que mi ofrenda de gratitud ascienda constantemente a Dios. Anhelo tener una comprensión mayor de su bondad y de su amor inmutable. Anhelo diariamente las aguas de vida. […] Encuentro continuamente mi fortaleza en Dios. Mi dependencia no debe vacilar. Ningún instrumento humano debe interponerse entre mi Dios y yo. El Señor es nuestra única esperanza. Confío en él, y él nunca, no, nunca me chasqueará. Hasta aquí me ha ayudado cuando estaba muy desanimada. […]
Agradeceré al Señor y alabaré su santo nombre. Alabaré al Señor porque puedo confiar en él en todo momento. Él es mi salvación y mi torre fortificada a la que puedo correr en busca de seguridad. Él comprende mis necesidades y me ilumina para que yo pueda reflejar luz sobre otros. No fracasaré ni me desanimaré. Espero que tú, mi Padre celestial, me concedas fortaleza y gracia. […]
Alabaré al Señor en todo momento, sin dejarme llevar por las emociones. Alabaré al Señor porque él es bueno y sus misericordias me acompañan por la mañana, al mediodía y por la noche.
Las emociones no son una evidencia. Su Palabra es mi seguridad.— Ibid. (pasajes tomados del diario personal de Elena G. de White, 15 de febrero de 1896).
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Devocional Vespertino Para 2023.
«A FIN DE CONOCERLE»
Por: ELENA G. DE WHITE
Colaboradores: Ruben D. Salazar & Miguel Miguel