¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer. 2 REY 4:40.
El sol de las primeras horas de la mañana con tenues rayos al Lago Michigan, dibujando hermosamente la silueta de la ciudad que aún dormía, Chicago. EI resplandor de esa suave luz del amanecer emitía un aura de paz. Nadie sospechaba que muy pronto un terrible drama real se desarrollaría aquí que consternaría a toda una nación.
Mary Kellerman, de doce años, se despertó inusualmente temprano, quejándose de dolor de garganta y resfrío. Sus padres le dieron una dosis de calmante extra fuerte la animaron a que descansara. A las 7 de la mañana encontraron a Mary muerta en el piso del baño.
Antes de que terminara la semana, siete residentes de Chicago habían muerto luego de consumir calmante de marca Tylenol. Más tarde murieron otros.
Nadie había sospechado que la medicina no era segura. Nadie había soñado que alguna persona, en algún lugar, de alguna manera habla tomado algunas cápsulas y las había rociado con cianuro, un veneno tan poderoso que puede matar en pocos minutos
Esta tragedia del Tylenol nos hizo pensar en cuán vulnerables somos realmente. Nadie quería que un loco los engañase. Nos dimos cuenta como nunca antes que algunos engaños son terriblemente fatales. Pero, ¿cómo podíamos haber sabido esto? ¿Cómo podíamos haber estado seguros?
Las compañías farmacéuticas inmediatamente enviaron al mercado frascos totalmente sellados y desesperadamente trataron de calmar a los consumidores.
Con las fuerzas malignas llegando a su clímax en los últimos días de la historia del mundo, ¿hay alguna manera de sellar nuestras vidas? ¿Dónde podemos encontrar protección hoy?
Un paso significativo es comprender la naturaleza del veneno, la naturaleza de la amenaza. Durante siglos un engaño mundial ha seducido a millones. Un ángel caído ha adulterado la verdad con la mentira venenosa de que la obediencia no es necesaria ni importante. El asunto es la autoridad de Dios. El motivo real Satanás se encuentra en la expresión “Yo exaltaré mi trono”.
Un trono implica dominio. Indica autoridad real. Lucifer quería usurpar la autoridad que pertenece solamente a Dios. Por eso promovió el descontento entre los ángeles. La sumisión a Dios le disgusta. Es por eso que ha envenenado con la rebelión a nuestro mundo de hoy.
La única solución consiste en someterse completamente a la autoridad de Dios, en rendir la mente a su voluntad, en permitirle a Jesucristo reinar en el corazón.