«Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años […].
«Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila. Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: “Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos […].” Y Dalila dijo a Sansón: “Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza” […].
«Y le respondió Sansón: “Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres”. Y […] ella le ató con ellos […]. Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa […] y no se supo el secreto de su fuerza. Entonces Dalila dijo a Sansón: “He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras” […]. Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: “Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapa do, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres”. Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: “Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero”.
«Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. Y le dijo: “¡Sansón, los filisteos sobre ti!” Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: “Esta vez saldré como las otras y me escaparé”. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él. Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel. Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado.
«Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón […]. Dijeron: “Llamad a Sansón, para que nos divierta”. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos […] dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida».
(Jueces 15:20; 16:4-30)
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Domingo
Lee las secciones Identifícate con la historia y Explica la historia. El personaje popular de la revista de historietas El hombre araña, vive con el lema “Con un gran poder viene una gran responsabilidad”. ¿Qué nos enseña la historia de Sansón acerca de vivir a la altura de nuestro potencial y cuán fácil es descarriarse? ¿Acerca de la gracia y paciencia de Dios, aun cuando pecamos una y otra vez? ¿Acerca de asumir una posición contra el mal? ¿Acerca de la importancia de mantenernos firmes en nuestro compromiso con Dios?