Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. APOC. 2:10
Exiliado en la isla de Patmos, en el Mar Egeo, Juan fue separado de los creyentes que lo consideraban su padre espiritual. Lo que quizá más le dolió era estar separado de los creyentes en tiemposdifíciles, especialmente para los cristianos de una ciudad llamada Esmirna. La palabra Esmirna significa “sabor de dulce olor”. Satanás atacó furiosamente a la iglesia durante el segundo y el tercer siglo. Los cristianos murieron en la hoguera. Se los arrojó a los leones y fueron al martirio en el Coliseo de Roma. Sin embargo, los esfuerzos de Satanás no detuvieron el crecimiento del cristianismo. Por el contrario, la iglesia floreció.
El número de creyentes creció. Uno de los primeros padres de la iglesia, Justino Mártir, triunfalmente declaró: “La sangre de los mártires es la semilla de la iglesia’. Cuanto más las fuerzas malignas perseguían a la iglesia, tanto más ésta crecía. Cristo estableció su iglesia y todos los poderes del infierno no pudieron prevalecer contra ella.
Domiciano, uno de los emperadores más crueles de Roma, gobernó del 81 al 96 d.C. Se lo muestra en los relieves de piedra como una figura colosal, que inspiraba espanto.
En un sentido muy real, él una vez espantó a los ciudadanos de Esmirna.
Domiciano trató de aterrorizar a los creyentes para que se sometieran. Los seguidores de Cristo no participaban de los ritos del culto al emperador que se demandaba de los buenos ciudadanos de ese tiempo. Los romanos los acusaban de ser desleales y de querer debilitar la ley y el orden de Roma.
Jesús tuvo un mensaje especial para los cristianos de Esmirna. Les dijo: “No temas en nada lo que vas a padecer” (Apoc. 2:10). Ye sé que están pasando por tiempos difíciles, les dijo. Yo sé que están enfrentando tribulaciones. Yo sé que están padeciendo persecución, pero yo estoy con ustedes. “SE fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apoc. 2:10).
Ésta no es solamente una grandiosa promesa sino un consejo prácticopara vivir una vida llena de gozo hoy: ¿Qué es lo que hace tan dura la perspectiva de los tiempos difíciles? Nuestra imaginación. Pensamos en todas las cosas terribles que podrían pasar. Pensar en “y qué si...” nos lleva a la ansiedad y a imaginar las peores situaciones posibles.
Jesús les dice a los cristianos en Esmirna y a nosotros, que aun cuando nos suceda lo peor, aun si morimos, él recompensará nuestra fidelidad con la vida eterna en la segunda venida. Jesús dice: “El que venciere, no sufrirádaño de la segunda muerte” (vers. 11). No experimentará la segunda muerte, separado para siempre de Dios. Con Cristo estamos salvos y seguros.
A través de Cristo triunfaremos aun en la peor de las circunstancias. Aun cuando tengamos que entregar nuestra vida terrenal, no nos tocará la muerte segunda, Tendremos una corona de vida, vida terrenal con Dios en el cielo. Esto es algo por lo cual debemos alabarle hoy.