EL PODER DEL NOMBRE DE JESÚS
«Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro». Hebreos 4:16
CRISTO ES NUESTRO MODELO, el ejemplo perfecto y santo que se nos ha dado para imitarlo. Jamás podremos igualar al modelo, pero podemos imitarlo y asemejarnos a él conforme sea nuestra habilidad. Cuando caemos, desvalidos, sufriendo como resultado de nuestra comprensión de la pecaminosidad del pecado; cuando nos humillamos delante de Dios, afligidos mediante el verdadero arrepentimiento y la contrición; cuando ofrecemos nuestras fervientes oraciones a Dios en el nombre de Cristo, con toda seguridad seremos recibidos por el Padre al entregarnos completamente a Dios. Debemos comprender en lo más profundo de nuestro corazón que nuestros esfuerzos son enteramente indignos, porque solo en el nombre y el poder del Vencedor podemos ser vencedores.
Si creemos en el poder del nombre de Jesús y presentamos nuestras peticiones a Dios en su nombre, nunca terminaremos desilusionados. […] Nuestra ayuda procede de Dios, quien tiene todo bajo su control. Nuestra paz está en la seguridad de que su amor se derrama sobre nosotros. Si la fe capta esta seguridad, lo hemos ganado todo; si perdemos esta seguridad, todo está perdido. Cuando entregamos a Dios todo lo que somos y lo que poseemos, cuando pasamos por situaciones peligrosas que nos ponen a prueba y entramos en contacto con Satanás, debemos recordar que ganaremos la victoria contra el enemigo en el nombre y con el poder del Vencedor. Cada ángel recibirá la orden de acudir a nuestro rescate cuando dependemos de Cristo, en lugar de permitir que seamos vencidos.
Pero no podemos esperar obtener la victoria sin sufrimiento, porque Jesús sufrió para vencer por nosotros. Mientras sufrimos en su nombre, mientras somos llamados a negar los apetitos y a apartarnos de los amantes del placer, no debemos murmurar, sino más bien regocijarnos porque tenemos el privilegio de participar en pequeña medida de los sufrimientos de Cristo. — The Review and Herald, 5 de febrero de 1895.
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Devocional Vespertino Para 2023.
«A FIN DE CONOCERLE»
Por: ELENA G. DE WHITE
Colaboradores: Ruben D. Salazar & Miguel Miguel
