“Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él” (Lucas 2:17).
Mensaje Adoro a Dios cuando hablo a otros con alegría acerca de Jesús.
Lucas 2:15-20; El Deseado de todas las gentes, pp. 31-32.
¿LO SABÍAS?
Las cavernas se usaban como establos para los animales, por eso es posible que Jesús haya nacido en una cueva.
Una noche la abuelita contaba a Teresa acerca del día de su nacimiento. “Cuando naciste, yo vivía en un lugar muy alejado de tu madre y tu padre. Cuando tu papá me llamó por teléfono y anunció: ‘¡Tienes una nueva nieta!’ Eso me llenó de emoción y entusiasmo. Sentí deseos de partir en un avión sin pérdida de tiempo para verte en seguida…
¡No podía esperar!”
En nuestra historia bíblica algunas personas no pudieron esperar para ver a un nuevo bebé recién nacido. Veamos de qué se trata.
El resplandeciente coro de ángeles se había perdido en la distancia. Los pastores nuevamente estaban en la oscuridad, solos con sus ovejas. Tal vez todavía resonaban en sus oídos las armoniosas melodías escuchadas. Se miraron unos a otros.
Había desaparecido el deseo de quedarse con las ovejas. ¡Qué noticia más admirable! Si los ángeles les habían dicho que fueran en busca del bebé Jesús, ¡tenían que ir ahora mismo! Los pastores se apresuraron a ir a Belén de inmediato.
El ángel les había dicho que lo encontrarían en un pesebre. En un lugar que servía de refugio para los animales. Buscaron por todas partes hasta que encontraron al precioso bebé.
Los pastores entraron al establo sin hacer ruido.
¿Te imaginas cómo se habrán sentido? ¿Curiosos?
¿Habrán visto a un niño común? Encontraron justamente lo que el ángel les dijo que encontrarían: un bebé recién nacido envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
Explicaron sin demora la razón de su presencia en ese lugar.
Hablaron de los ángeles luminosos y del maravilloso coro angélico. ¿Habrán dicho que creían en que ese bebé era el Hijo de Dios y el Salvador? Es posible que sí.
La Biblia dice que María atesoraba las noticias llevadas por los pastores para anunciar el nacimiento de su bebé. Debió haber sentido mayor amor aún por Dios por la forma como la animaba. La historia de los pastores debió haber ayudado a José a creer en la palabra de Dios.
¿Crees que los pastores habrán querido tocar a ese bebé especial?
Comprendieron la gran bendición que recibieron al ser visitados por los ángeles. No sabemos cuánto tiempo se quedaron los pastores en el establo. Pero sí sabemos que se inclinaron y adoraron al bebé Jesús. Sabían que era su Salvador.
Tal vez se fueron de Belén poco antes del amanecer cuando la gente comenzaba a salir a la calle.
O tal vez otros terminaban su trabajo nocturno. La Biblia dice que los pastores difundieron las noticias. Dijeron a todos los que encontraban que habían visto al bebé, al Hijo de Dios. Y todos los que escuchaban quedaban asombrados.
Los pastores se apresuraron a regresar al campo de pastoreo alabando a Dios. Habían visto al Mesías, tal como se los habían dicho. ¿Y cuál era la actitud de María y José? ¿Cómo se sentían? “María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas” (Lucas 2:19).
¿Qué sucedería en el futuro? ¿Cómo ella y José criarían a ese niño que era Hijo de Dios?
Adorar a Dios podría significar contar a otros acerca de Jesús, tal como lo hicieron los pastores. O bien podemos agradecerle en silencio por su amor, como lo hizo María.
Pero no podemos adorar a Dios hasta que sepamos cuánto nos ama él.
Entonces podemos adorarlo contando a los demás acerca del nacimiento de Jesús y de lo admirable que él es.