[Después de la ascensión de Cristo] Satanás tuvo otra vez consejo con sus ángeles y con acerbo odio contra el gobierno de Dios les dijo que, si bien él retenía su poder y autoridad en la tierra, debían decuplicar sus esfuerzos contra los discípulos de Jesús. No habían prevalecido contra Cristo, pero de ser posible debían vencer a sus discípulos. En cada generación deberían procurar engañar a quienes creyeran en Jesús. Les dijo Satanás a sus ángeles que Jesús había conferido a sus discípulos la potestad de reprenderlos y expulsarlos, y de sanar a cuantos afligieran. Entonces los ángeles de Satanás salieron como leones rugientes a procurar la destrucción de los seguidores de Jesús (Primeros escritos, p. 191).
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad. Efesios 6:14.
Fuera de la verdad no hay absolutamente ninguna salvaguardia contra el mal. Ningún hombre en cuyo corazón no more la verdad puede permanecer firme en favor de la justicia. Solo hay un poder capaz de hacemos y mantenemos inconmovibles: el poder de Dios que se nos imparte mediante la gracia de Cristo.
Y en la iglesia son muchos los que se figuran comprender lo que creen, y no se percatarán de su propia debilidad mientras no se levante una controversia. Cuando estén separados de los que sostienen la misma fe, y estén obligados a destacarse solos para explicar su creencia, se sorprenderán al ver cuán confusas son sus ideas de lo que habían aceptado como verdad… El Señor invita a todos los que creen su Palabra a que despierten (La maravillosa gracia de Dios, p. 30).
Debemos cubrimos con cada pieza de la armadura, y entonces permanecer firmes, El Señor nos ha honrado eligiéndonos como soldados suyos. Combatamos valientemente por él, poniéndonos de parte de lo recto en toda circunstancia… Revestíos de esa justicia divinamente protegida, como coraza que todos tenemos el privilegio de usar. Protegerá vuestra vida spiritual…
Todos los que se hayan revestido del manto de la justicia de Cristo subsistirán delante de él como escogidos fieles y veraces. Satanás no puede arrancarlos de la mano de Cristo. Este no dejará que una sola alma que con arrepentimiento y fe haya pedido su protección caiga bajo el poder del enemigo.
Cada cual tendrá que sostener un violento combate para triunfar del pecado en su propio corazón. Por momentos, es una obra muy penosa y desalentadora; pues al mirar los defectos de nuestro carácter, nos detenemos a considerarlos, cuando en realidad deberíamos mirar a Jesús y revestir el manto de su justicia. Quien quiera que entre en la ciudad de Dios por las puertas de perla, entrará como vencedor, y su victoria más grande será la que habrá obtenido sobre sí mismo (God’s Amazing Grace, p. 31; parcialmente en La maravillosa gracia de Dios, p. 31).
Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2023.
3er. Trimestre 2023 «EFESIOS»
Lección 13: ««HACIENDO LA PAZ«»
Colaboradores: Ana Hironymus & Esther Jiménez