Se me mostró que los observadores del sábado, como pueblo, trabajan demasiado sin permitirse cambios de actividad o períodos de descanso. La recreación es necesaria para los que se dedican al trabajo físico, y es más esencial todavía para aquellos cuya labor es principalmente mental. No es necesario, para la gloria de Dios o para nuestra salvación, mantener la mente ocupada en un trabajo constante y excesivo, aunque sea sobre temas religiosos.
Hay entretenimientos, como el baile, los naipes, el ajedrez, las damas, etcétera, que no podemos aprobar, porque el cielo los condena. Estos entretenimientos abren la puerta a un gran mal. No tienen una tendencia benéfica, sino que su influencia es excitante, y suscita en algunas mentes una pasión por esos entretenimientos que conduce a los juegos de azar y a la disipación. Todas estas diversiones deberían ser condenadas por los cristianos, y se debería ofrecer en su lugar algo totalmente inocuo. —Testimonies for the Church 1:514 (1867).
Dios no nos exige más de lo que podemos hacer (consejo a un administrador sobrecargado)
El Señor ha conservado por gracia su vida para que usted trabaje en su obra. No quiere que trabaje por sí solo, separado del único poder que puede obrar con éxito para el cumplimiento de sus designios. Por lo tanto, no se queje, sino confíe, con la vista puesta en Jesús, el autor y consumador de su fe. No se apresure demasiado. Lo que pueda hacer, sin exigirle mucho a sus facultades físicas y mentales, hágalo, pero no crea que está obligado a asumir tantas responsabilidades y tareas hasta el punto de no poder conservar su alma en el amor de Dios.
La viña es del Señor; la obra en cada una de sus ramas le pertenece, y él quisiera que usted trabaje de manera que se conserven sus facultades físicas, mentales y morales. Recuerde que está colaborando con los instrumentos celestiales. No permita que el enemigo tenga la menor participación en esta sociedad. Reciba sus órdenes de Dios, y no se desanime porque solo puede hacer la obra de un instrumento finito. El Infinito obrará con su poder para darle eficiencia.
No crea que se le pide que haga lo imposible. Tampoco espere esto de los demás. Pablo puede plantar y Apolo regar, pero Dios da el crecimiento 1 Corintios 3:6. “Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, más tú permanecerás”. Salmos 102:25, 26. “Todos ellos se envejecerán como una vestidura; como un vestido los envolverás, y serán mudados. Pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán”. Hebreos 1:11, 12. —Carta 86a, 1893.
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #16: PRINCIPIOS TERAPÉUTICOS Y SU APLICACIÓN Capítulo 81: UNA TERAPIA MENTAL FLUIDA Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara