En el tratamiento de los enfermos no debe pasarse por alto el efecto de la influencia ejercida por la mente. Aprovechada debidamente, esta influencia resulta uno de los agentes más eficaces para combatir la enfermedad.—El Ministerio de Curación, 185 (1905).
Consejo a un médico
Las almas pobres y afligidas que se pusieron en contacto con usted, necesitaban más de su atención de lo que realmente recibieron. Podía animarlas a mirar a Jesús para que al contemplarlo se transformaran a su imagen.—Carta 121, 1901; Medical Ministry, 112.
Lucha constante contra la imaginación concupiscente
Quien desee participar de la naturaleza divina debe huir de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia. Debe haber una lucha del alma, constante y fervorosa, contra las malas fantasías de la mente. Debe haber una permanente resistencia a pecar ya sea en pensamiento o en acción. El alma debe mantenerse libre de toda mancha por la fe en el que es capaz de guardarnos de toda caída.—The Review and Herald, 12 de junio de 1888; El Hogar Cristiano, 113.
Debemos meditar en las Escrituras, pensando seria y sinceramente en las cosas que atañen a nuestra salvación eterna. La infinita misericordia, el amor de Jesús y el sacrificio hecho por nosotros, exigen una seria y solemne reflexión. Debemos espaciarnos en el carácter de nuestro querido Redentor e Intercesor. Debemos procurar comprender el significado del plan de salvación y meditar en la misión de Aquel que vino para salvar a su pueblo de sus pecados.
Nuestra fe y amor se fortalecerán mediante la contemplación de los temas celestiales. Nuestras oraciones serán más aceptables a Dios porque estarán más mezcladas con fe y amor. Serán más inteligentes y fervorosas. Habrá una confianza más constante en Jesús, y tendremos una experiencia diaria y viva de la voluntad y el poder de Cristo para salvar a todos los que acuden a Dios por medio de él.—MeM 115 (1888).
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #16: PRINCIPIOS TERAPÉUTICOS Y SU APLICACIÓN Capítulo 81: UNA TERAPIA MENTAL FLUIDA Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara