Para cautivar la mente, se introducirán formas de corrupción similares a las que existieron entre los antediluvianos. La exaltación de la naturaleza como un dios, la desenfrenada licencia de la voluntad humana, los consejos de los impíos, son instrumentos de Satanás para alcanzar estos fines. Se valdrá del poder de una mente sobre otra para ejecutar sus planes. Lo más triste de todo es que, colocados bajo esa influencia engañosa, los hombres tendrán una apariencia de piedad sin estar en verdadera comunión con Dios. Como Adán y Eva, que comieron del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, muchos se alimentan hoy de los frutos del error.—Joyas de los Testimonios 3:271, 272 (1904).
Una ciencia peligrosa
He hablado claramente con respecto a la peligrosa ciencia que afirma que una persona puede poner su mente bajo el control de otra. Esta ciencia es diabólica.—Carta 130, 1901.
La influencia mental en el tratamiento de los enfermos
En el tratamiento de los enfermos no debe pasarse por alto el efecto de la influencia ejercida por la mente. Aprovechada debidamente, esta influencia resulta ser uno de los agentes más eficaces para combatir la enfermedad. Sin embargo, se afirma que hay una forma de curación mental que es de las más eficaces para el mal. Por medio de esta supuesta ciencia, se sujeta una mente a la influencia directiva de otra, de tal manera que la individualidad de la más débil queda sometida a la más fuerte. Se sostiene que cuando una persona pone en acción la voluntad de otra, el curso de los pensamientos puede modificarse, y pueden transmitirse impulsos saludables que capacitan a los pacientes para resistir y vencer la enfermedad.
Este método de curación ha sido empleado por personas que desconocían su verdadera naturaleza y tendencia, y que lo creían útil para el enfermo. Pero esta ciencia espuria está fundada en principios falsos. Es ajena a la naturaleza y al espíritu de Cristo. No conduce hacia Aquel que es vida y salvación. Quien atrae las mentes hacia sí mismo las induce a separarse de la verdadera Fuente de su fuerza.
No es propósito de Dios que ser humano alguno someta su mente y su voluntad al gobierno de otro para llegar a ser instrumento pasivo en sus manos. Nadie debe sumergir su individualidad en la de otro. Nadie debe considerar a ser humano alguno como fuente de curación. Solo debe depender de Dios. En su dignidad, concedida por Dios, debe dejarse dirigir por Dios mismo y no por entidad humana alguna. Dios quiere poner a los hombres en relación directa consigo mismo.
En su trato con los seres humanos reconoce el principio de la responsabilidad personal. Procura fomentar en ellos el sentimiento de dependencia personal y hacerle sentir la necesidad de su dirección. Desea asociar lo humano con lo divino, para que los hombres se transformen a la imagen divina. Satanás procura frustrar este propósito, y se esfuerza en alentar a los hombres a depender de otros hombres. Cuando las mentes se desvían de Dios, el tentador puede someterlas a su gobierno y dominar a la humanidad.—El Ministerio de Curación, 185, 186 (1905).
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #14: LOS PENSAMIENTOS Y SU INFLUENCIA Capítulo 78: CONTROL DE UNA MENTE SOBRE OTRA Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara