El himno “Tal como soy” es probablemente el canto de apelación más conocido en el mundo hoy día. Se lo canta al finalizar decenas de miles de sermones evangelísticos.
George Beverly Shea 1o popularizó al cantar estas palabras conocidas: “Tal como soy de pecador, sin otra fianza que tu amor, a tu llamado vengo a ti, Cordero de Dios, heme aquí” (Himnario adventista, N» 262), para concluir los llamados del evangelista Billy Graham.
La mayoría de los cristianos no están familiarizados con el compositor del himno y su historia. Es inspiradora.
Charlotte Elliott era una joven de talentos inusuales, una destacada retratista y escritora de ensayos humorísticos. Parecía que todo le iba bien. Después de cumplir los 30 años, sufrió una enfermedad debilitanteque la dejó enferma y deprimida. Un predicador muy consagrado llamado Caesar Malan la visito. El pastor Malan le preguntó a Charlotte si ella estaba en paz con Dios. La pregunta la inquietó. Se molestó y no quiso discutir más el asunto.
Al pensar en su falta de cortesía y respeto por este hombre de Dios, Charlotte sintió un poco de dolor. A los pocos días ella se le acercó para disculparse. El pastor simplemente la miró a los ojos y le dijo: “Ven así cómo estás”. Charlotte rindió su vida a Cristo inmediatamente. Abrió su corazón a su aceptación amorosa.
Catorce años más tarde ella recordó las palabras que le hablara el que lallevó a Cristo y compuso el himno “Tal como soy”, que ha llevado a millones de personas a Cristo.
No hay ninguna otra manera de venid a Jesús sino “tal como soy”. Nohay ningún otro lugar para comenzar que donde estamos. Y no hay mejor tiempo que ahora.Elena de White lo expresa adecuadamente: “El Señor Jesús se complaceen que vayamos a él como somos: pecaminosos, sin Podemos ir con nuestra debilidad, insensatez y maldad, fuerza, necesitados. y caer arrepentidos a sus pies. Es su gloria estrecharnos en los brazos de su amor, vendar nuestras heridas y limpiamos de toda impureza” (El camino a Cristo, p.52). “Tal como soy, con mi maldad, / miseria, pena y ceguedad, / pues hay remediopleno en ti, / Cordero de Dios, heme aquí”.
Quizá usted nunca ha venido antes a Jesús. Hoy es el día que puede hacerlo. O si ya se ha acercado antes a Él, ¿porque no vuelve otra vez de rodillas a su presencia?