“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”. Mateo 7:24
Satanás ha reservado las mayores tentaciones especialmente para la generación que ha de vivir en el tiempo del fin. Esto no debe preocuparnos, porque también se derramará el mayor poder de los cielos para sostener a su pueblo en el tiempo del fin.
Mat. 7:24-27 describe a dos grupos de personas. Un grupo pasa exitosamente por el tiempo de prueba. El otro grupo se desintegra. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edifico su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron atentos, y golpearon contra aquella casa; y no cayo, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena: y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayo, y fue grande su ruina” (Mat. 7:24-26a.)
Dos casas, una consumida sobre la arena, la otra sobre la roca. Dos casas que enfrentan la misma tormenta;sin embargo, una sobrevive mientras que la otra cae. Elena de White escribió: “El yo no es sino una arena movediza. Si edificáis sobre teorías e inventos humanos, vuestra casa caerá. Quedará arrasada por los vientos de la tentación y las tempestades de la prueba. Pero estos principios que os he dado permanecerán. Recibidme; edificad sobre mis palabras” (El Deseado de todas las gentes p. 281.
En los últimos días Satanás desatará los fieros vientos de la tentación. Cualquier intento de construir la espiritualidad sobre el formalismo o los rituales religiosos terminará en desastre. Una vida espiritual centrada en los esfuerzos humanos para vencer la tentación caerá como una casa construida sobre la arena.
La casa espiritual que sobrevivirá es la que está construida sobre la roca sólida, Jesucristo. En nuestro pasaje bíblico para el día de hoy, Jesús dice: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararéa un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” (vers. 24). Construir la vida espiritual en Cristo es construir una vida de confianza en su Palabra Una vida que se edifica sobre la Palabra de Dios sobrevivirá los vientos de la tentación. Al abrir la Palabra de Dios, el mismo Espíritu Santo que inspira la Palabra aplicará sus principios en nuestro corazón.
Encontrar tiempo para la Palabra de Dios es uno de los grandes desafíos de nuestra sociedad que vive a pasos agitados. Una vida que no está construida sobre la Palabra será arrastrada cuando vengan las tormentas de la tentación. La Palabra solidifica nuestra fe. La Palabra es nuestra roca, nuestro fundamento, el ancla de nuestra fe. Determine hoy pasar tiempo con Dios a través de su Palabra y construya sobre la roca sólida.