«Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo; porque ¿Quién hay capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso?» (1 Reyes 3:9).
Salomón se convirtió en el tercer rey de Israel. Su nombre procede de la palabra hebrea Shalom que significa «paz»; por lo tanto, Salomón significa pacífico. Cualidad que lo distinguió como persona, así como a su reinado, pues no fue guerrero como su padre. Salomón siempre fue bien recordado por los judíos, de tal manera que su nombre aparece una docena de veces en el Nuevo Testamento. Jesús lo citó en el Sermón del Monte como un ejemplo de esplendor respecto a cómo se vestía; la gente asociaba su nombre con la sabiduría; todos lo reconocían como el constructor del templo y uno de los pórticos del templo llevaba su nombre.
¿Cuál fue la clave de la sabiduría y la prosperidad de Salomón? El versículo 3 nos responde: «Amaba al Señor y cumplía las leyes establecidas por David, su padre». Además, cuando Dios se le presentó en un sueño, Salomón admitió su inexperiencia para dirigir a la nación así como su necesidad de depender de él. Afirmó: «Yo soy un muchacho joven y sin experiencia» (vers. 7). En ese contexto, aparece el versículo de este día. Y aunque él se consideró inexperto e insensato, mostró que no lo era del todo. ¿Por qué? Porque en su actitud y en su petición a Dios demostró sensatez. No pidió que Dios lo rodeara de gente sabia, sino que él mismo tuviera la sabiduría y el discernimiento.
Dios se agradó de esa petición; en consecuencia, recibió sabiduría y bienes. Se convirtió en un observador y estudioso de la naturaleza; fue biólogo, zoólogo, botánico, compositor, músico y poeta. Así superó a todos los sabios de su época. Llamó la atención de muchos, tanto así que recorrieron largas distancias para conocerlo y aprender de él (1 Reyes 4:29-34). Sobre todo, su sabiduría se manifestó en asuntos prácticos relacionados con la conducción del reino.
Cuando una persona es realmente sabia no hace alarde de ello. Sabe cuánto, cómo y con quién transmitir su conocimiento. Su sabiduría no se limitó a asuntos teóricos, sino a cómo conducir su vida. En esta etapa de su vida, Salomón representa a Jesús, a quien de diferentes puntos de la tierra la gente acudió a conocerlo y escucharlo.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2023. “SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA” Por: «CÉSAR SÁNCHEZ MURILLO» Colaboradores: Karla González & Sebastian Rondon