Los líderes de sectas tienden a distorsionar la verdad. Su interpretación de la verdad se convierte en la norma para sus seguidores.
David Koresh fabricó sus propias reglas. Declaraba que al igual que el rey David, el tenía el derecho de tomar a las esposas de sus seguidores. Las personas aceptaron las creencias de este extraído hombre como si fuera la verdad.
Jim Jones fabricó sus propias reglas. Declaraba que el suicidio en masa era la forma de prepararse para el Apocalipsis. Los seguidores de Jones bebieron refrescos envenenados y se convirtieron en víctimas de la falta de ley.
Los miembros de la secta Heaven’s Gate (El Portal del Cielo) también se tomaron víctimas de manera similar. Ellos aceptaron las enseñanzas de su líder, de que serían rescatados por un cometa, como si fuera la verdad absoluta, y terminaron quitándose sus propias vidas.
Todas las sectas están basadas en la sabiduría humana, no en la verdad de Dios. El principio del anticristo exalta el razonamiento humano por encima de la revelación divina. Satanás obra para tergiversar la verdad, pero Dios obra para hacerla clara. Satanás trabaja para confundir a la gente, pero Dios trabaja para instruirla. Satanás se deleita en la oscuridad, pero Dios se deleita en la luz.
“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va enaumento hasta que el día es perfecto» (Prov. 4:18). Cuánto más caminamos con Jesús, más clara se torna su verdad. Su palabra es “lámpara a mis pies… y lumbrera a mi camino” (Sal. l 19:105).
El Espíritu Santo ansía revelar la luz y la verdad de Dios a nuestro corazón. Su luz hace desaparecer la oscuridad. Su verdad termina con el error. Suverdad es el antídoto para el engaño.
Elena de White escribió: «Sólo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto” (El conflicto de los siglos, p. 651).
Las sectas al estilo de David Koresh, Jim Jones, o Puertadel cielo no se han terminado. Se levantarán máslíderes y grupos como éstos. Las buenas nuevas es que la verdad de Dios es más fuerte que el error. Al llenar diariamente nuestras mentes con su Palabras, tenemos un poderoso escudo contra los dardos de fuego del engaño que lanza el diablo. La verdad es el muro de defensa de Dios que nos protege contra el enemigo. Las suaves piedras de la verdad de Dios matan a los Goliats del error.
Llene su mente con la verdad y vea cómo caen los gigantes.