Al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que lo aman (Santiago 1:12, DHH)
El 6 de agosto de 2012 la República Dominicana se paralizó durante 47.63 segundos. ¿Qué acontecimiento logró contener la respiración de casi diez millones de dominicanos? Solo hay una respuesta: la carrera de Félix Sánchez en los 400 metros vallas de los Juegos Olímpicos de Londres. En el año 2004 Sánchez se convirtió en el primer dominicano en obtener una medalla de oro olímpica tras ganar los 400 metros vallas. En 2012 ya habían transcurrido ocho años desde aquella hazaña. Sánchez había quedado en la posición número 22 en los Juegos Olímpicos de Pekín del 2008 y llegó a Londres como el competidor de mayor edad en esa disciplina. «Nadie ha ganado una carrera de esta categoría con treinta y cuatro años”, dijo un comentarista.
Cuando sonó el disparo, todos salieron corriendo hacia la meta. Después de 47 segundos de ardua competencia, y mucho suspense para los espectadores, Félix «Súper Sánchez” ganó y “se convirtió en el atleta de mayor edad que gana un oro olímpico en cualquier carrera de velocidad”.*
Quizámuy pocos de nosotros estemos a la altura de una competencia olímpica, pero todos tenemos una carrera por delante. Algunos corren tras el dinero, el éxito, la salud, la fama… Sin embargo, hay una carrera mucho más importante que estas, e incluso que las olímpicas: la de la salvación. Y lo que más me gusta de esa carrera es que todos, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, ¡todos tenemos la oportunidad de ganar! El apóstol Pablo dice lo siguiente: “¡Acaso no saben ustedes que, aunque todos corren en el estadio, solamente uno se lleva el premio? Corran, pues, de tal manera que lo obtengan. Todos los que luchan, se abstienen de todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; pero nosotros, para recibir una corona incorruptible” (1 Corintios 9:24, 25, RVC).
Sí, la carrera hacia el reino de los cielos requiere determinación y entrega de nuestra parte, pero no hemos de correr como si fuéramos a perder, hemos de correr sabiendo que obtendremos la victoria. Ni Félix Sánchez ni nosotros somos capaces de obtener el galardón eterno; pero si hacemos de Jesús el centro de atención de nuestra vida, recibiremos «como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que lo aman” (Santiago 1:12, DH H).
«El eterno Félix Sánchez gana el oro en los 400 con vallas», eluniversal.com (6 de agosto de 2012).
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2023 «YO ESTOY CONTIGO» Promesas Bíblicas para vivir confiado Por: VLADIMIR POLANCO Colaboradores: Silvia García & Alexandra Pérez