Salud total

Lee para el estudio de esta semana: Levítico 11–15

En estos días de virus, enfermedades y sistemas inmunitarios debilitados, Levítico 11 es una prueba más de lo asombrosamente relevante que es la Biblia para nosotros hoy. Nuestro estudio de esta semana gira en torno a Levítico 11 a 15, donde se nos habla de las carnes limpias e inmundas, el saneamiento, la limpieza e incluso el distanciamiento físico.

Si no supiéramos que este libro procede directamente de Dios —lo cual el texto nos recuerda una y otra vez—, nos quedaríamos perplejos sobre cómo Moisés sabía tantas cosas. Si alguna vez te has preguntado si la Biblia es realmente la Palabra de Dios, este capítulo debería reforzar tu fe, pues los conceptos de salud contenidos en el libro de Levítico ¡se adelantan miles de años a su tiempo! ¿Cómo es posible? Pues bien, el versículo 1 de Levítico 11 nos lo dice: «El Señor se dirigió a Moisés y Aarón».

Lamentablemente, a menudo espiritualizamos las enseñanzas prácticas de la Biblia o, dicho de otro modo, creamos aplicaciones espirituales antes de dedicar tiempo a comprender las prácticas. El capítulo 11 nos enseña la importancia de lavar la ropa, los platos y nuestro cuerpo para protegernos de la contaminación y las enfermedades (vers. 25, 28, 32). Aunque Israel no tenía noción de los gérmenes, Dios sabía de ellos, así que, si simplemente confiaban en él, haciendo lo que les ordenaba, escaparían de las enfermedades comunes de la época. ¿No es alentador saber que Dios se preocupa por nosotros, no solo espiritualmente, sino también físicamente? ¡Nuestra salud física es importante para él!

Afortunadamente, nuestro Dios no está sentado en el cielo inventando leyes para restringirnos la libertad y robarnos la alegría de vivir. Al contrario, como ya hemos dicho, todas sus leyes, incluidas las de la salud, son para nuestro bien y son expresión del profundo cuidado que el Creador siente por nosotros (Rom. 13: 8-10).

• Copia de tu versión preferida de la Biblia Levítico 11.
• También puedes encontrar otras reflexiones en Levítico 12–15.

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