La vida de Pablo fue una vida de actividades intensas y variadas. De ciudad en ciudad, y de país en país, él viajaba, contando la historia de la cruz, ganando conversos para el evangelio y estableciendo iglesias… Pero en toda la atareada actividad de su vida, nunca perdió de vista el gran propósito, el de proseguir hacia el blanco de su alta vocación.
Pablo llevaba consigo la atmósfera del cielo. Todos los que se asociaban con él sentían la influencia de su unión con Cristo. El hecho de que su propia vida ejemplificara la verdad que él proclamaba, daba poder convincente a su predicación. En esto reside la fuerza de la verdad. La influencia natural e inconsciente de una vida santa es el sermón más convincente que pueda predicarse en favor del cristianismo. Los argumentos, aun cuando sean incontestables, pueden provocar tan solo oposición; mientras que un ejemplo piadoso tiene un poder al cual es imposible resistir completamente (Obreros evangélicos, p. 60).
Es el Cristo que mora en el alma quien nos concede poder espiritual y nos transforma en canales de luz. Mientras más luz tenemos, más les podemos impartir a los que nos rodean. Mientras más cerca vivamos de Jesús, más claros serán los conceptos que obtendremos de su hermosura. Al contemplar su pureza, más claramente discernimos nuestras propias faltas de carácter. Anhelamos asemejamos a él, ser dotados de la plenitud que mora en él y que resplandece en la perfección de su carácter celestial; y por contemplarlo somos transformados a su imagen…
Nuestros corazones pueden estar colmados de toda la plenitud de Dios… Tomemos la llave de la fe y abramos el almacén de las ricas bendiciones de Dios… Hay una plenitud infinita a la cual acudir; y además tenemos la promesa de nuestro divino Señor: «Conforme a vuestra fe os sea hecho». Mateo 9:29 (Exaltad a Jesús, p. 260).
Podéis dedicar toda facultad y capacidad que Dios os ha dado al esfuerzo de comprender el amor y la compasión del Padre celestial; y aún queda su infinidad… La eternidad misma no lo revelará nunca plenamente.
Sin embargo, cuando estudiemos la Biblia y meditemos en la vida de Cristo y el plan de redención, estos grandes temas se revelarán más y más a nuestro entendimiento. Y alcanzaremos la bendición que Pablo deseaba para la iglesia de Éfeso, cuando rogó: «El Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento; alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos«. Efesios 1:17-19 (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 691, 692).
Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2023.
3er. Trimestre 2023 «EFESIOS»
Lección 6: «EL MINISTERIO DEL EVANGELISMO»
Colaboradores: Ana Hironymus & Esther Jiménez