«Eliseo le respondió: «No tengas miedo, porque son más los que están con nosotros que los que están con ellos”» (2 Reyes 6: 16).
Además de todos los dones que Eliseo tenía, hoy podemos agregarle otro: podía enterarse a la distancia de todas las estrategias del rey de Siria. De tal manera que Eliseo le avisaba al rey de Israel qué caminos evitar para no ser atacados. El rey de Siria pensó que había un traidor entre sus soldados. Pero uno de sus siervos le dijo la verdad: Eliseo era el que sabía cualquier estrategia que implementara el rey aun cuando planificara en la parte más privada de su palacio como la recámara (vers. 12). Eliseo hacia mejor que todo un sofisticado aparato de inteligencia. Al rey se le ocurrió entonces enviar todo un ejército para tomar preso a Eliseo. Parece que muy pronto olvidó que de ese plan también Eliseo se iba a enterar. La Biblia describe así al numeroso ejército para ir por un solo hombre: «Envió un destacamento de caballería, y carros de combate, y mucha infantería, que llegaron de noche a Dotán y rodearon la ciudad» (vers. 14).
Cuando el joven siervo de Eliseo (no sabemos su nombre, pues Giezi ya no era) vio al cuantioso ejército, tuvo temor y con angustia preguntó: «Maestro, ¿Qué vamos hacer?». Entonces Eliseo le dirigió las palabras del versículo de este día. Además, oró a Dios para que ese ejército que cuidaba de ellos no fuera invisible para su siervo: «”Te ruego, Señor, que abras sus ojos, para que vea”. El Señor abrió entonces los ojos del criado, y este vio que la montaña estaba llena de caballería y de carros de fuego alrededor de Eliseo» (vers. 17). A continuación, Eliseo oró para que el ejército enemigo quedara ciego.
Entonces, él mismo encabezó a ese grupo y lo condujo a Samaria. Cuando llegaron, una vez más el profeta oró, ahora para que recuperaran la vista. Lo más probable es que los combatientes se atemorizaron, seguros que ahí los iban a matar, pero para su sorpresa el profeta indicó que les organizaran un banquete. El ejército comió, bebió y regresó a su lugar de origen.
El incidente nos recuerda que aunque no los veamos, los Ángeles de Dios son un ejército más poderoso que cualquier ejército humano y que todas las huestes del mal. Como ocurrió aquel día, hoy nos defienden y protegen. Por otra parte, el versículo 25, y después de la comida, dice: «Desde entonces los sirios dejaron de hacer correrías en territorio israelita». Por lo tanto, la mejor manera de ahuyentar al que quiere hacerte mal es tratarlo bien.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2023. “SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA” Por: «CÉSAR SÁNCHEZ MURILLO» Colaboradores: Karla González & Sebastian Rondon