«Escucha hijo mío la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre porque adorno de gracia serán en tu cabeza y collares en tu cuello.» Proverbios 1:8-9
El libro de proverbios es fuente de conocimiento en cada uno de los sentidos de la vida, también de los asuntos relacionados con la familia. Leer sus mensajes es adentrarse en las más valiosas perlas de sabiduría. Te propongo en ese sentido algunas reflexiones que provienen de ese bello libro.
«Confianza firme es respetar al Señor que a los hijos de protección» (ver Proverbios 14:16). Proverbios nos recomienda que respetemos a Dios en su condición adecuada, porque dicha actitud aporta protección a los hijos.
«Suave respuesta aplaca la ira, palabra hiriente la cólera aviva» (ver proverbios 15:1). No hay nada mejor para el ambiente de una familia que hablar de forma asertiva y amable. La palabra cariñosa es capaz de desmoronar hasta la atención más intensa. Nunca pensemos que el abuso verbal o la palabra fuera de tono aportan una buena educación porque no lo hace. Ejercitar el arte de hablar adecuadamente es una práctica que resuelve muchas dificultades.
«A tu hijo corrige, que te hará descansar y manjares disfrutar« (ver proverbios 29:17). Algunos padres piensan que solo deben ser amigos de sus hijos, y los niños viven en orfandad. Los pequeños y jóvenes necesitan padres, padres amorosos pero padres. Y un padre tiene muchas funciones, una de las cuales es corregir a sus hijos. Hay que hacerlo de forma didáctica, inteligente y madura pero hay que hacerlo. ¿Por qué? Porque los hijos necesitan conocer los límites de la vida. Aunque muchos no lo crean, los niños son más felices con una buena orientación que sin ella.
«Alegre corazón traerá sanamiento, ánimo deprimido encogido esqueleto». (Ver proverbios 17:22). La mejor actitud es ser positivo. Tener buen humor es una de esas virtudes de las que tenemos que hablar más en casa, con los nuestros. Sí, Es una virtud porque se encuentra a mitad de camino entre la frivolidad y la antipatía. Hay familias antipáticas que viven de formas deprimida y lánguida. Hay familias frívolas que viven en la dictadura de las emociones descontroladas. Hay familias alegres y con buen humor. Y eso es bien sano.
Son solo algunos de los refranes del hermoso libro de los proverbios. Hay muchísimos más y son de una sabiduría exquisita. Léelos. Léelos solo, en tu culto personal. Léelos en grupo, en el culto de familia. Intenta actualizarlos a la vida diaria, intenta vivirlos porque fueron escritos para eso.