Más que una disculpa

Lee para el estudio de esta semana: Levítico 5: 14–6: 7

Jamás olvidaré el día en que mi perro se escapó de su caseta y masacró a todas las ovejas de nuestro vecino. Me enteré de lo que había hecho cuando un agente de policía me llevó hasta la casa del granjero, donde contemplé con horror ocho ovejas muertas esparcidas por el terreno. Yo esperaba que el granjero le ordenara que matara a mi perro o que al menos me cobrara una fortuna por lo que había hecho, pero no quiso hacer ni lo uno ni lo otro. Solo me preguntó qué había pasado. Le expliqué que se había escapado de donde lo teníamos y que lo sentía mucho. El hombre me miró y dijo: «Entiendo. Por favor, asegúrese de que esté amarrado en el futuro». Y eso fue todo. Incluso el agente de policía quedó sorprendido por la respuesta de mi vecino. Nunca olvidaré aquel día. Estaba tan conmovido, que me ofrecí a limpiar sus establos y a cortarle el césped durante el tiempo que hiciera falta para compensar lo que había perdido por el ataque. Él aceptó y trabajé para él todo el verano, haciendo todo lo posible por compensar algo que ya me había perdonado. Esto, amigo mío, es restitución, y es algo que Dios valora.

Dios desea algo más que una simple disculpa por nuestros pecados: quiere que reparemos el daño causado. Esta es una virtud casi olvidada en el cristianismo de hoy, pero en Levítico 5 y 6, descubrimos que es requerida del pueblo de Dios. Jesús también habló de ello (Mat. 5: 23-24). Estas faltas se detallan en Levítico 5: 14–6: 7 e incluyen la infidelidad en los diezmos y las ofrendas («las cosas sagradas» de Levítico 5: 16), la mentira y el engaño, la extorsión, el robo, la estafa, el falso testimonio ante un tribunal y el silencio ante un pecado del que se ha sido testigo.

Esta semana examinaremos la ofrenda por la culpa, la cual tiene elementos verticales y horizontales. El elemento vertical trata del pecado que uno ha cometido contra Dios; el horizontal trata de los pecados que hemos cometido contra las personas con las que nos relacionamos.

• Copia de tu versión preferida de la Biblia Levítico 5: 14–6: 7.
• Si no cuentas con mucho tiempo, puedes copiar Levítico 5: 14-19.
• O si lo prefieres, puedes parafrasear el pasaje bíblico utilizando tus propias palabras, resumirlo o hacer un bosquejo.