Levítico 2 revela otro valor que Dios aprecia: cuidar de los demás. Parafraseando a Milian L. Andreasen, un conocido teólogo, la ofrenda quemada declara que todo lo que somos es del Señor, mientras que la ofrenda de cereal declara que todo lo que tenemos es suyo (The Sanctuary Service [Washington, D. C.: Review and Herald, 1937], p. 108). Curiosamente, los dos sacrificios se ofrecían juntos. Ambos debían usarse para su gloria y para el bien de los demás. Aunque la ofrenda de cereal no requería sangre, representaba otro tipo de sacrificio: renunciar a algo de valor en beneficio de los demás.
Una pequeña porción de la ofrenda de cereal se quemaba en el altar, pero el resto se entregaba a los sacerdotes como alimento (Lev. 2: 1-3). Curiosamente, se podía dar de diferentes formas: horneada en panes, cocida o asada. Fíjate que en los versículos 2 y 9 Dios describe esta ofrenda de cuidado como un «aroma agradable para el Señor». El cuidado de los demás es un tema importante en Levítico. Otro ejemplo lo tenemos en Levítico 23, donde a los terratenientes se les ordena no recoger demasiado grano y dejar algo para que lo recojan «los pobres y los extranjeros» (vers. 22).
Dios quiere que nosotros demos porque él nos dio primero (ver también Juan 4: 19). Todo el cuidado que derramamos en las vidas de otros debe fluir de un corazón agradecido por todo el cuidado y amor que hemos recibido de nuestro Padre celestial. Levítico 19: 33-34 deja esto bien claro: «Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto» (NVI). La experiencia que tenemos del cuidado de Dios debe ser recíproca y transmitida a los demás.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023. 3er. trimestre 2023 EL LIBRO DE LEVÍTICO Lección 3 «CUIDAR DE LOS DEMÁS» Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez