Imagina por un momento que eres uno de los cinco mil que están en la ladera de la colina donde Jesús está predicando, según el relato de Juan 6. Tu estómago te suena del hambre y te preguntas si tendrás la energía necesaria para volver a casa. Entonces, Jesús tomó cinco panes y dos peces que un niño le regaló y comienza a repartir comida milagrosamente. Después de disfrutar de la comida, que por cierto te supo mejor que cualquier otra que hubieras comido antes o después, Jesús pronuncia estas impresionantes palabras: «Yo soy el pan de vida». El que me coma vivirá para siempre (Juan 6: 35). Esto le sonaría a canibalismo a cualquier persona hoy en día, pero para la mente de un judío educado en el libro de Levítico, Jesús se estaba identificando como el Mesías largamente esperado y prometido, el representado por la ofrenda de grano.
Aunque esta ofrenda no requería un sacrificio de sangre y, por lo tanto, no estaba diseñada para proporcionar expiación por el pecado, Jesús sigue estando bellamente representado en la práctica sacrificial. En Juan 6: 33 Jesús se describe a sí mismo como «el pan de Dios». La ofrenda de granos apunta claramente a Jesús, que nos sustenta tanto con alimento físico como espiritual. Cuando Jesús se refirió a sí mismo como «el pan de Dios», se estaba identificando de nuevo con la ofrenda de grano de Levítico 2.
En Isaías 53: 5, se describe a Jesús como herido y molido por nosotros. Para producir la «harina fina» necesaria para la ofrenda de grano, las espigas tenían que ser «molidas» y refinadas mediante golpes y azotes (Lev. 2: 1, 14, RVA). Una vez más, vemos que la ofrenda de cereal apuntaba claramente a Jesús y a su sufrimiento por la humanidad.
En 1 Corintios 5: 8 leemos que la levadura es símbolo del pecado. Dado que Jesús era impecable y perfecto en todo sentido, podemos entender por qué la ofrenda de grano debía ser «sin levadura» (Lev. 2: 4). Curiosamente, el vino se incluía a menudo en las ofrendas de grano (Núm. 15: 10, 24), lo cual apunta a la forma en que Jesús sirvió a sus discípulos tanto pan como vino y comparó su cuerpo y su sangre con el pan y el vino en la Última Cena (1 Cor. 11: 24-25). Ahora bien, como se mencionó anteriormente, la ofrenda de grano no requería sangre. Sin embargo, las ofrendas que la acompañaban, como la ofrenda quemada, sí requerían sangre, y la ofrenda quemada, la ofrenda por el pecado y la ofrenda de comunión iban acompañadas de la ofrenda de cereal (Lev. 9: 4; Núm. 15: 4; 28: 3-6; 6: 14, 15, 17). Si combinamos este conocimiento con el hecho de que el vino, símbolo de la sangre de Cristo, se incluía en esta ofrenda, vemos de nuevo a Jesús y su sacrificio en la cruz representados por la ofrenda de cereal además de las ofrendas que la acompañaban.
Todavía hay otros componentes de la ofrenda de grano que apuntan a Cristo, como el aceite, que representa al Espíritu Santo, que se derramaba sobre esta ofrenda (Zac. 4: 6). Además, el Espíritu Santo es llamado el «Espíritu de Cristo» (Rom. 8: 9) y Mateo 1: 20 declara que Cristo era «del Espíritu Santo» incluso antes de nacer. La frase «aroma agradable al Señor» es otro indicador mesiánico que se encuentra 17 veces en el libro de Levítico. Esta misma frase se utiliza para describir a Jesús en Efesios 5: 2 y Filipenses 4: 18. Lo único que complacía a Dios sobre la muerte sacrificial de los animales inocentes era el hecho de que apuntaban a su Hijo inocente, Jesús, que vendría como un «aroma agradable» para salvar a la humanidad culpable y pérdida.
Después de repasar el texto que copiaste y resaltaste:
¿Qué enseñanzas especiales crees que refleja?
¿Qué preguntas te surgen?
¿Qué partes te parecieron difíciles?
¿Qué otros principios y conclusiones encuentras?
Jesús se identificó a sí mismo como el «pan de Dios» y el «pan de vida» (Juan 6: 33, 35), ambos identificados en la ofrenda de cereal. ¿Qué significado tiene esto para nosotros hoy?
Jesús es la ofrenda de cereal, que no estaba destinada a expiar el pecado. ¿Qué implicaciones tiene esto en nuestra relación con él?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023. 3er. trimestre 2023 EL LIBRO DE LEVÍTICO Lección 3 «CUIDAR DE LOS DEMÁS» Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez