Nunca podrá comprenderse el costo de nuestra redención hasta que los redimidos estén con el Redentor delante del trono de Dios. Entonces, al percibir de repente nuestros sentidos arrobados las glorias de la patria eterna, recordaremos que Jesús dejó todo esto por nosotros, que no solo se desterró de las cortes celestiales, sino que por nosotros corrió el riesgo de fracasar y de perderse eternamente. Entonces arrojaremos nuestras coronas a sus pies, y elevaremos este canto: «¡Digno es el cordero que ha sido inmolado, de recibir el poder, y la riqueza, y la sabiduría, y la fortaleza, y la honra, y la gloria, y la bendición!» Apocalipsis 5:12 (EL Deseado, de todas las gentes, p. 105).
La vid tiene muchas ramas, pero aunque todas las ramas son diferentes, no disputan entre sí; hay unidad en la diversidad. Todas las ramas reciben su alimento de una sola fuente. Esta es una ilustración de la unidad que debe existir entre los seguidores de Cristo. En sus diferentes tipos de trabajo no tienen sino una Cabeza. El mismo Espíritu obra a través de ellos en diferentes formas. Hay acción armoniosa, aunque varían los dones. Estudiad este capítulo; por él veréis que el hombre que está verdaderamente unido con Cristo nunca procederá como si fuera una unidad completa en sí mismo …
La perfección de la iglesia no depende de que cada miembro tenga exactamente la misma capacidad. Dios requiere que cada uno ocupe su debido lugar, que esté en su sitio para hacer su obra asignada de acuerdo con la capacidad que le ha sido dada (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 1090).
Solo se puede leer debidamente la enseñanza de la naturaleza a la luz que procede del Calvario. Hágase ver por medio de la historia de Belén y de la cruz cuán bueno es vencer el mal, y cómo constituye un don de la redención cada bendición que recibimos.
En la zarza y la espina, el abrojo y la cizaña, está representado el mal que marchita y desfigura. En el canto del pájaro y el pimpollo que se abre, en la lluvia y la luz del sol, en la brisa estival y en el suave rocío, en diez mil objetos de la naturaleza, desde el cedro del bosque hasta la violeta que florece a su pie, se ve el amor que restaura. Y la naturaleza nos habla todavía de la bondad de Dios.
«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal». Jeremías 29: 11. Este es el mensaje que, a la luz que procede de la cruz, debe leerse en toda la naturaleza. Los cielos declaran la gloria de Dios, y la tierra está llena de sus riquezas (la educación, p. 101).
Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2023. 3er. Trimestre 2023 «EFESIOS» Lección 2: «EL GRAN PLAN CRISTOCÉNTRICO DE DIOS» Colaboradores: Ana Hironymus & Esther Jiménez