«Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz». Juan 18:37
CRISTO ES EL AUTOR de toda la verdad. Cada brillante idea, cada pensamiento de sabiduría, cada capacidad y talento, son dones de Cristo. Él no tomó prestadas ideas nuevas de la humanidad, porque él es el originador de todas. Pero cuando vino al mundo, encontró las brillantes gemas de verdad que había confiado a los seres humanos sepultadas por la superstición y la tradición. Verdades de importancia sumamente vital fueron colocadas en el marco del error para servir al propósito del archiengañador. […] Pero Cristo barrió las teorías erróneas. Nadie, salvo el Redentor del mundo, tenía la capacidad de presentar la verdad en su pureza primitiva, desprovista del error que Satanás había acumulado para ocultar su belleza celestial. […] La obra de Cristo consistió en tomar la verdad que la gente estaba necesitando y separarla del error para presentarla libre de las supersticiones del mundo, a fin de que la gente la aceptara por su propio mérito intrínseco y eterno. Él dispersó la niebla de la duda para que la verdad pudiera ser revelada y arrojara rayos luminosos en las tinieblas de los corazones humanos. — The Review and Herald. 7 de enero de 1890.
La verdad salió de sus labios revestida de una nueva e interesante forma que le dio la frescura de una nueva revelación. Su voz nunca se apartó del tono natural, y sus palabras fluían con una seriedad y seguridad apropiadas a su importancia y a las enormes consecuencias que implicaba su aceptación o su rechazo. — Ibid.
Él invitaba a la gente a aprender de él, porque él era una representación viva de la ley de Dios. Era el único ser investido de humanidad que podía estar en medio de una muchedumbre y preguntar: «¿Quién de ustedes puede acusarme de haber pecado?» (Juan 8:46, RVC).
Sabía que nadie podía señalar defecto alguno en su carácter o conducta. ¡Qué impulso le daba su pureza impecable a sus enseñanzas, qué robustez a sus reprensiones, qué autoridad a sus órdenes! […] Él demostró que era el camino, la verdad y la vida. — Ibid. Este es el mes para renovar tus suscripciones de 2024 (ver p. 375).