Si sus pensamientos, planes y propósitos están dirigidos hacia la acumulación de las cosas terrenales, su ansiedad, su estudio y sus intereses se concentrarán en el mundo. Las atracciones celestiales perderán su belleza […]. Su corazón estará con su tesoro […].
Les faltará tiempo para dedicarse al estudio de las Escrituras y a la oración ferviente que los ayudará a escapar de las trampas de Satanás. —Nuestra Elevada Vocación, 202 (1910).
Cambiemos nuestra manera de pensar
Cuando se ha permitido que la mente piense por mucho tiempo solamente en cosas terrenales, es difícil cambiar los hábitos de pensar. Lo que el ojo ve y el oído oye demasiado a menudo, atrae la atención y absorbe el interés. Pero si entráramos en la ciudad de Dios y contempláramos a Jesús en su gloria, nos acostumbraríamos a verlo aquí con el ojo de la fe. Las palabras y el carácter de Cristo serían a menudo el objeto de nuestra conversación, y cada día se dedicaría un poco de tiempo para meditar con oración en estos sagrados temas. —The Review and Herald, 3 de mayo de 1881; The Sanctified Life, 91, 92.
Un nivel más elevado de pensamiento
El hombre se reveló contra Dios y desde entonces ha tratado de lograr que su plan tenga éxito de hacer las cosas a su manera, en su afán de conseguir felicidad. Pero cada vez que ha tratado de llenar su mente con algo que no sea Dios, ha fracasado. Debe haber definidamente un nivel más elevado de pensamiento, una clase más alta de estudios, cosas más sublimes que buscar que lo que ha habido en lo pasado. Los desórdenes y las imperfecciones de las palabras y los caracteres humanos pueden restaurarse solo por medio de Jesucristo. Por lo tanto, él tiene que ser el objeto de la contemplación, el tema de conversación. Debe haber definidamente un nivel más elevado de pensamiento y acción para que comprendamos el gran plan de redención. — Manuscrito 13, 1897.
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #14: LOS PENSAMIENTOS Y SU INFLUENCIA Capítulo 72 : LOS PENSAMIENTOS HABITUALES Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara