Debemos esforzarnos por tener nuestra mente en condiciones de recibir las impresiones del Espíritu Santo. Pero aquellos que permiten que sus pensamientos se espacien constantemente en cosas frívolas, no pueden recibir mayor luz. Tiene que atesorarse en la mente el tesoro celestial y el alimento que la capacitará para crecer espiritualmente, a fin de prepararnos de esta manera para un cielo santo.—Nuestra Elevada Vocación, 286 (1912).
Se ha hecho provisión para ennoblecer nuestros pensamientos Dios ha hecho amplia provisión para que nuestros pensamientos puedan llegar a ser puros, elevados, refinados y ennoblecidos. No solo ha prometido purificarnos de toda injusticia, sino que ha hecho real provisión para suplirnos de gracia con el fin de elevar nuestros pensamientos hacia él y capacitarnos para apreciar su santidad.
Hemos de comprender que pertenecemos a Cristo y que debemos manifestar su carácter ante el mundo. Preparados por la gracia celestial, llegamos a estar revestidos de la justicia de Cristo con el manto nupcial, y estamos listos para participar de la cena de bodas. Llegamos a unirnos con Cristo, a participar de la naturaleza divina, purificados, refinados, elevados y reconocidos como hijos de Dios; herederos del Señor y coherederos de Jesucristo.—The Youth’s Instructor, 28 de octubre de 1897.
Apártense del terreno encantado de Satanás (consejo a una familia egocéntrica)
Deben apartarse del terreno encantado de Satanás y no permitir que sus mentes se alejen de la lealtad a Dios. Por medio de Cristo pueden y deben ser felices y adquirir hábitos de dominio propio. Hasta sus malos pensamientos deben ser puestos en sujeción a la voluntad de Dios, y sus sentimientos bajo el control de la razón y la religión. No se les dio la imaginación para que se descarriara y anduviera por donde le da la gana, sin que hagan ningún esfuerzo para restricción o disciplina.
Si los pensamientos son malos, los sentimientos también lo serán. Los pensamientos y sentimientos combinados constituyen el carácter moral. Cuando deciden que como cristianos no se les requiere que restrinjan sus pensamientos y sentimientos, caen bajo la influencia de los malos ángeles e invitan su presencia y su control. Si ceden ante sus impresiones y permiten que sus pensamientos transcurran por canales de sospecha, duda y lamentaciones, se encontrarán entre los más infelices de los mortales, y sus vidas serán un fracaso.— Testimonies for the Church 5:310 (1885).
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #14: LOS PENSAMIENTOS Y SU INFLUENCIA Capítulo 72 : LOS PENSAMIENTOS HABITUALES Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara