“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y siempre” (Hebreos 13:8).
Si observas un álbum de fotos antiguo, encontrarás muchas cosas diferentes de las que ves hoy. Presta atención a tu familia. Es posible que tu madre tenga un corte de pelo diferente y use ropa que hoy no se vende en las tiendas. ¿Y tu padre? ¿Era más delgado? ¿Tenía más cabello? Y tú, ¿eras un bebé y hoy ya eres mayor? Cuántas cosas han cambiado en ese tiempo, ¿verdad?
Sin embargo, hay Uno que nunca cambia: Dios. No importa cuántos años pasen, él siempre será el mismo. El mismo Dios que fue en el pasado permanece en el presente, y seguirá siendo Dios en el futuro.
¿Por qué es tan bueno saber esto? Porque el mismo Dios que pudo abrir el mar Rojo todavía puede hacer por ti cosas imposibles; el mismo amor que lo llevó a dar a su propio Hijo para morir en una cruz todavía está disponible para nosotros.
No tienes que tener miedo de los cambios que están ocurriendo en tu vida. Son parte del crecimiento y te ayudarán a convertirte en un adulto responsable y seguro. Pero con cada nuevo cambio, recuerda que algunas cosas permanecerán siempre en su lugar al igual que el amor de Dios y las promesas que nos ha hecho.
No dejes que el tiempo cambie lo que es bueno en tu corazón. Sigue creciendo en tu relación con Dios. Algunas cosas deben permanecer iguales ayer. hoy y siempre.
Tomado de: Lecturas Devocionales de Adolescentes 2023 “QUIERO CONOCERTE” Por: ANEE LIZIE HIRLE, ARIANE M. OLIVEIRA, SUELI F. OLIVEIRA Colaboradores: Rebeca Blancarte & Luis Campoverde