“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”. 1 Corintios 16:13
Nikita Krushchev, primer ministro de la ex Unión Soviética, dio un importante discurso sobre el estado de los asuntos de la nación ante el concilio supremo soviético, en Moscú. En su discurso hizo algo totalmente nuevo al comentar abiertamente los despiadados excesos de la era de Stalin. Mientras Krushchev hablaba, alguien en el auditorio envióuna nota con un comentario muy duro. “Primer ministro Krushchev, ¿Dónde estaba usted cuando Stalin cometía estas atrocidades?”.
Krushchev, enojado, gritó: “¿Quién envió esta nota?”.
Nadie respondió.
«Le voy a dar un minuto para ponerse de pie», dijo Krushchev.
Los segundos pasaban y aun así nadie se movía.
“Está bien, les voy a decir lo que yo estaba haciendo —dijo Krushchev—. Estaba haciendo exactamente lo que el escritor de esta nota está haciendo. ¡nada! Yo tenía miedo de ser diferente”.
Temor de ser diferente. Temor de tomar una posición. Temor de estar firme. Me parece que si alguna vez en la historia de este mundo Dios nos llama a estar firmes, es ahora.
Todo gran héroe de la fe estuvo dispuesto a estar firme. Moisés se mantuvo firme frente al ejército del faraón. Elías se mantuvo firme frente a los profetas de Baal. Pablo se mantuvo firme frente al legalismo rígido. juan estuvo firme cuando se enfrentó a la adoración del emperador, y Jesús en la sangrienta cruz tomó la decisión más valiente de todas.
El amor siempre demanda consagración. El costo es un corazón que se ha rendido por completo al Maestro, y la disposición a mantenerse firme. Si no estamos dispuestos a mantenernos firmes y de parte de la verdad, caeremos presa del error. Si no tenemos el valor de mantenemos firmes en nuestras convicciones y nuestros principios, y leales a nuestra conciencia, nuestros corazones se endurecerán al transigir. Al igual que Pilato, Judas y el rey Agripa, nuestras almas quedarán desoladas.
Hay un camino mejor.
Por la gracia de Cristo, manténgase firme en sus convicciones sin violar su conciencia.