¡Son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal! Son también advertencias a este siervo tuyo, y le es provecho obedecerlas. (Salmo 19:10-12, DHH).
La persona más joven en haber sido galardonada con el Premio Nobel de Medicina es Frederick Banting. Tenía 32 años cuando obtuvo el prestigioso galardón por haber descubierto la insulina. Gracias al equipo de trabajo encabezado por Banting, el descubrimiento de la insulina (hormona que hace que el azúcar en la sangre se distribuya por las células del organismo y se convierta en energía) logró que “millones de seres humanos enfermos de diabetes cambiaran su condena a muerte por una existencia normal; pasarán de tener que morir por diabetes a poder vivir con diabetes”.* Sin embargo, a pesar de los avances en la ciencia médica, nuestros ojos contemplan la marcha implacable de la diabetes sobre nuestras familias, especialmente en los países más ricos del mundo. Las secuelas de dicha enfermedad provocan cada año la muerte de más de 3.5 millones de personas. De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Diabetes, esta enfermedad causa más muerte que «el cáncer de seno y el sida juntos”.
Aunque hemos de estar agradecidos por la contribución de Banting, en realidad, sí no queremos morir de diabetes sino vivir a pesar de ella hemos de llevar un estilo de vida que minimice los factores de riesgo que suscitan el desarrollo de esta enfermedad. Tenemos que aprender a conocer el lado amargo del azúcar. ¡Ya que no queremos morir de diabetes, tendremos que aprender a vivir con ella!
Mientras tanto sí podemos aprender a disfrutar de algo bien dulce y agradable. David dice que los mandamientos «¡son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal! Son también advertencias a este siervo tuyo, y le es provechoso obedecerlas” (Salmo 19:10-12, DHH). Lo cierto es que Satanás nos ha hecho creer que respetar los mandamientos de Dios constituye una carga muy amarga y pesada, incluso nos lleva a suponer que no tiene sentido alguno observarlos.
Al comparar los mandamientos con la dulzura de la miel, el salmista pone de manifiesto lo que diría Juan muchos siglos después:
«Sus mandamientos no son gravosos» (1 Juan 5:3). Estos mandamientos nos ayudarán a vivir más y mejor en esta vida, contrarrestando la terrible enfermedad del pecado.
«Frederick Banting, el descubridor de la insulina». El País (14 de noviembre de 2016).
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2023 «YO ESTOY CONTIGO» Promesas Bíblicas para vivir confiado Por: VLADIMIR POLANCO Colaboradores: Silvia García & Alexandra Pérez