Un poderoso ejemplo de cómo Levítico arroja luz sobre las palabras de Jesús en el Nuevo Testamento lo encontramos en Juan 6. Dirigiéndose a una multitud, Jesús dijo: «Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo» (Juan 6: 51). El conocedor de Levítico sabrá enseguida que Jesús no estaba promoviendo el canibalismo, sino proclamando que era a él a quien simbolizaban los sacrificios levíticos.
Curiosamente, a la ofrenda de paz se la llamaba «ofrenda de alimento quemada en honor del Señor» (Lev. 3: 11) y la ofrenda de cereal o grano se hacía con pan sin levadura (Lev. 2: 4). Jesús estaba diciendo: «¡Yo soy el grano y la ofrenda de paz! Yo soy el que hace posible que estés en paz con Dios, y yo soy el que te da vida física y espiritual». Un segundo ejemplo claro lo tenemos en Juan 10: 7, donde Jesús se refiere a sí mismo como «la puerta». Los que hayan estudiado el Levítico entenderán que estaba diciendo que él era la cortina magníficamente diseñada que dividía el Lugar Santo del Lugar Santísimo. A través de Jesús, que es «la puerta», podemos tener acceso directo a Dios y a su trono de gracia, misericordia y poder (Lev. 1: 4; Juan 10: 9; Heb. 4: 16; Apoc. 4: 5).
Un tercer ejemplo lo encontramos en Juan 14: 6. Cuando Jesús dijo: «Solamente por mí se puede llegar al Padre», no solo estaba afirmando ser la única puerta que conduce a la sala del trono de Dios (los lugares Santo y Santísimo), sino que también estaba advirtiendo que es peligroso e incluso mortal acercarse a Dios sin él. Dios quiere que nos acerquemos con confianza a su presencia, pero esto solo es posible mediante la fe en Jesús y su sangre expiatoria (que nos cubre) (Lev. 10: 1, 2; Juan 14: 6; Heb. 4: 16).
Esperamos que estos ejemplos te ayuden a ver cómo la comprensión de Levítico puede ayudarnos a entender el Nuevo Testamento y los significados más profundos de las palabras de Jesús. Dejar de leer el libro de Levítico es perderse la riqueza espiritual de las palabras de Cristo, e incluso puede llevarnos a malinterpretarlas. Estudiar Levítico es, pues, esencial si queremos comprender mejor los Evangelios. Pongámoslo de esta manera: hay porciones del Nuevo Testamento que no se pueden entender completamente sin entender primero el libro de Levítico.
Levítico puede ser uno de los libros más olvidados de todas las Escrituras, pero también es uno de los más cristocéntricos de la Biblia. Fue escrito por Moisés y forma parte del Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia.
En el libro de Éxodo, Dios le dio a Moisés los planos arquitectónicos del santuario, pero en Levítico, le dio las directrices para adorar en el santuario. El culto en el santuario revela el camino hacia Dios: «Vieron tus caminos, oh Dios; los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario» (Sal. 68: 24, RV60). El servicio del santuario revela a Jesús, que es «el camino» (Juan 14: 6) ¡El libro de Levítico nos invita a conocer mejor a Jesús!
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023. 3er. trimestre 2023 EL LIBRO DE LEVÍTICO Lección 1 «JESÚS» Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez