Mientras estuvieran bajo la protección divina, ningún pueblo o nación, aunque estuvieran auxiliados por todo el poder de Satanás, podría prevalecer contra ellos. El mundo entero iba a maravillarse de la obra asombrosa de Dios en favor de su pueblo, a saber, que un hombre empeñado en seguir una conducta pecaminosa fue de tal manera dominado por el poder divino que se viese obligado a pronunciar, en vez de imprecaciones , las más ricas y las más preciosas promesas en el lenguaje sublime y fogoso de la poesía. Y el favor que en esa ocasión Dios concedió a Israel había de ser garantía de su cuidado protector hacia sus hijos obedientes y fieles en todas las edades. Cuando Satanás indujese a los impíos a que calumniaran, maltrataran y exterminaran al pueblo de Dios,
Los mensajeros de la cruz deben armarse de un espíritu vigilante y de oración, y avanzar con fe y valor, obrando siempre en el nombre de Jesús. Deben cifrar su confianza en su Jefe; porque nos esperan tiempos dificultosos. Los juicios de Dios están cayendo sobre la tierra. Las calamidades se siguen en rápida sucesión. Pronto se levantará Dios de su sol para sacudir terriblemente la tierra, y para castigar a los malos por su iniquidad. Entonces él se levantará en favor de los suyos, y les concederá su cuidado protector. Echará sus brazos eternos en derredor de ellos, para escudarlos de todo mal (Obreros evangélicos, pp. 279, 280).
La presencia de Dios es una garantía para el cristiano. Esta Roca de fe es la presencia viviente de Dios. El más débil puede depender de ella. Los que se creen más fuertes pueden convertirse en los más débiles a menos que dependan de Cristo como su eficiencia y su dignidad. Esta es la Roca sobre la cual podemos edificar con éxito. Dios está cerca en el sacrificio expiatorio de Cristo, en su intercesión, su amor, su tierno poder guiado en la iglesia. Sentado junto al trono eterno, los observa con intenso interés. Mientras los miembros de la iglesia obtienen savia y alimento de Jesucristo por medio de la fe, y no de las opiniones, las invenciones y los métodos de los hombres; si tienen una convicción de la cercanía de Dios en Cristo, y ponen su entera confianza en él, tendrán una relación vital con Cristo, como la rama tiene una relación con el tronco. La iglesia no está fundada sobre teorías de hombres, sobre formas y planos vacíos de significado hace ya tiempo. Depende de Cristo, su justicia. Está edificada sobre la fe en Cristo “y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”
La fortaleza de toda alma reside en Dios y no en el hombre. La quietud y la confianza han de ser la fuerza de todos los que dediquen su corazón a Dios. Cristo no manifiesta un interés casual en nosotros; el suyo es más fuerte que el de una madre por su hijo… Él te está mirando, tembloroso hijo de Dios. Él te dará seguridad bajo su protección (Dios nos cuida, p. 17).