Devocional Vespertino 2023 Para el: 15 marzo
«Las que son mis ovejas, oyen mi voz; y yo las conozco, y ellas me siguen. Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano». Juan 10:27-28, RVC
EN LOS ATRIOS CELESTIALES, Cristo intercede por su iglesia, intercede por aquellos para quienes pagó el precio de la redención con su sangre. Los siglos de los siglos no podrán menoscabar la eficiencia de su sacrificio expiatorio. Ni la vida ni la muerte, ni lo alto ni lo bajo, pueden separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús; no porque nosotros nos asimos de él tan firmemente, sino porque él nos sostiene con seguridad. Si nuestra salvación dependiera de nuestros propios esfuerzos, no podríamos ser salvos; pero ella depende de Uno que cumple todas las promesas. Nuestro asimiento de él puede parecer débil, pero su amor es cómo el de un hermano mayor; mientras mantengamos nuestra unión con él, nadie podrá arrancarnos de su mano.— Los hechos de los apóstoles, cap. 54, pp. 411, 412.
Jesús, amado Jesús, «misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero que de ningún modo tendrá por inocente al malvado» (Éxo. 34: 6, 7). ¡Cuán privilegiados somos porque podemos venir a Jesús tal como somos y podemos descansar en su amor! No tenemos esperanza fuera de Jesús. Solo él puede tomarnos con su mano y sacarnos de las profundidades del desánimo y la impotencia para colocar nuestros pies sobre la Roca. Aunque el ser humano puede aferrarse a Jesús comprendiendo desesperadamente su gran necesidad, Jesús se aferrará de las almas compradas con su propia sangre con mayor firmeza aún que la del pecador que se aferra de él.
Leo esto vez tras vez, para tener la plena seguridad: «Teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (Hebreos 4: 14-16). […] ¡Qué Salvador tenemos! Un salvador resucitado, ¡Uno que puede salvar a todos los que acuden a él!— Carta 119, 1893.
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Devocional Vespertino Para 2023.
«A FIN DE CONOCERLE»
Por: ELENA G. DE WHITE
Colaboradores: Ruben D. Salazar & Miguel Miguel
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