“Entonces el dragón se airó contra la mujer, y fue a combatir al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús” (Apoc. 12:17).
Alo largo de la historia, ha habido ejércitos que eran muy inferiores en número a sus contrincantes y que, aun así, ganaron importantes batallas. Nosotros también estamos en una batalla de vida o muerte con un enemigo astuto. Luchamos en inferioridad de condiciones, contra todo pronóstico. Las fuerzas del mal parecen invencibles. Aparentemente, sufrimos ciertas pérdidas. La derrota parece inevitable. La victoria se muestra inalcanzable. Desde una perspectiva meramente humana, parece que las fuerzas de Satanás nos agobiarán.
Pero, gracias a Dios, aunque estemos en inferioridad de condiciones, aunque humanamente hablando llevemos las de perder, aunque los ataques de Satanás sean feroces, con Jesús finalmente obtendremos la victoria. La temática esencial del último libro de la Biblia, el Apocalipsis, es esta: Jesús gana, Satanás pierde. La esencia de esta batalla se describe en Apocalipsis 12, el énfasis de nuestro estudio en esta semana. Este estudio nos preparará en forma adecuada para entender Apocalipsis 14 y el mensaje de los tres ángeles.