En el Apocalipsis están reveladas las cosas profundas de Dios. El nombre mismo que fue dado a sus páginas inspiradas: El Apocalipsis o la Revelación, contradice la afirmación de que es un libro sellado. Una revelación es algo revelado. El Señor mismo reveló a su siervo los misterios contenidos en dicho libro y en su propósito que estén abiertos al estudio de todos sus verdades se dirigen tanto a los que viven en los últimos días de la historia de esta tierra como a los que vivían en los días de Juan. Algunas de las escenas descritas en esa profecía pertenecen al pasado, otras se están cumpliendo ahora». — ELENA G. DE WHITE, Los hechos de los apóstoles, cap. 57, p. 435.
“Siendo la ley del amor el fundamento del gobierno de Dios, la felicidad de todos los seres inteligentes depende de su perfecto acuerdo con los grandes principios de justicia de esa ley. Dios desea de todas sus criaturas el servicio que nace del amor, de la comprensión y del aprecio de su carácter. No halla placer en una obediencia forzada, y otorga a todos libre albedrio para que puedan servirle voluntariamente.
“Mientras todos los seres creados reconocieron la lealtad del amor, hubo perfecta armonía en el universo de Dios. Cumplir los designios de su Creador era el gozo de las huestes celestiales. Se deleitaban en reflejar la gloria del Todopoderoso y en alabarlo. Y su amor mutuo fue fiel y desinteresado mientras el amor de Dios fue supremo. No había nota discordante que perturbara las armonías celestiales. — ELENA G. DE WHITE, Patriarcas y profetas, cap.1, pp.12-13
“En la cruz, Cristo no solo mueve a los hombres al arrepentimiento hacia Dios por la transgresión de la ley divina (pues aquel a quien Dios perdona hace primero que se arrepienta), sino que Cristo satisfizo la justicia. Se ofreció a sí mismo como expiación. Su sangre borbotante, su cuerpo quebrantado, satisfacen las demandas de la ley violada y así salva el abismo que ha hecho el pecado. Sufrió en la carne para que con su cuerpo magullado y quebrantado pudiera cubrir al pecador indefenso. La victoria que ganó con su muerte en el Calvario destruyó para siempre el poder acusador de Satanás sobre el universo y silenció sus acusaciones de que la abnegación era imposible en Dios y, por lo tanto, no era esencial en la familia humana». — ELENA G. DE WHITE, Mensajes selectos, t.1, pp. 411-412
“El gran conflicto que Satanás hizo estallar en los atrios celestiales terminará antes de mucho. Pronto todos los habitantes de la tierra se habrán decidido en favor o en contra del gobierno del cielo. Como nunca antes, Satanás está desplegando su potencia engañosa para seducir y destruir a toda alma que no esté precavida. Se nos ordena invitar a los hombres a que se preparen para los acontecimientos que los esperan. Debemos advertir a los que se hallan expuestos a una destrucción inminente. (…) Debemos explicar en el mundo entero, a todo ser humano que quiera escucharnos, los principio que están en juego en esa gran lucha, principios de los cuales depende el destino eterno de las almas›. — ELENA G. DE WHITE, Testimonios para la iglesia, t.7, p.138
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023. 2do. trimestre 2023 TRES MENSAJES CÒSMICOS Lección 1«JESÙS GANA; SATANÀS PIERDE» Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez