Mente Carácter y Personalidad 2 Para el: 31 marzo
Aunque Saúl estaba siempre alerta y en busca de una oportunidad para matar a David, vivía temiéndole, en vista de que evidentemente el Señor estaba con él. El carácter intachable de David provocaba la ira del rey; consideraba que la misma vida y presencia de David significaban un reproche para él, puesto que dejaba a su propio carácter en contraste desventajoso. La envidia hacía a Saúl desgraciado, y ponía en peligro al humilde súbdito de su trono.
¡Cuánto daño indecible ha producido en nuestro mundo este mal rasgo de carácter! Había en el corazón de Saúl la misma enemistad que incitó el corazón de Caín contra su hermano Abel, porque las obras de Abel eran justas, y Dios lo honraba, mientras que las de Caín eran malas, y el Señor no podía bendecirlo. La envidia es hija del orgullo, y si se la abriga en el corazón, conducirá al odio, y finalmente a la venganza y al homicidio.
Satanás ponía de manifiesto su propio carácter al impulsar la furia de Saúl contra aquel que jamás le había hecho daño.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 705, 706 (1890).
Una emoción pecaminosa
La ley de Dios toma en cuenta los celos, la envidia, el odio, la malignidad, la venganza, la concupiscencia y la ambición que agitan el alma, pero no han hallado expresión en acciones externas porque ha faltado la oportunidad aunque no la voluntad. Y se demandará cuenta de esas emociones pecaminosas en el día cuando “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”. Eclesiastés 12:14. —Mensajes Selectos 1:254, 255 (1886).
El crimen nace en el corazón
Jesús consideró los mandamientos por separado, y explicó la profundidad y amplitud de sus requerimientos. En vez de quitarles una jota de su fuerza, demostró cuán abarcantes son sus principios y desenmascaró el error fatal de los judíos en su demostración exterior de obediencia. Declaró que por el mal pensamiento o la mirada concupiscente se quebranta la ley de Dios. El que toma parte en la menor injusticia está violando la ley y degradando su propia naturaleza moral. El homicidio existe primero en la mente. El que concede al odio un lugar en su corazón, está poniendo los pies en la senda del homicida, y sus ofrendas son aborrecibles para Dios. —El Deseado de Todas las Gentes, 276 (1898).
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MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2
SECCIÓN #11: LOS PROBLEMAS EMOCIONALES
Capítulo 57: EL ODIO Y LA VENGANZA
Por: Elena G De White
Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara
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