Las enseñanzas de Cristo, puestas en práctica en la vida, elevarán al hombre, por más bajo que sea el lugar que ocupe en la escala del valor moral de Dios. Los que luchan por subyugar los defectos naturales de sus caracteres, no podrán recibir la corona a menos que combatan legalmente; pero aquellos a quienes a menudo se ve en oración, en procura de la sabiduría que proviene de lo alto, se asemejarán a lo divino. Los modales toscos, el carácter incontrolable, serán sometidos a la obediencia de la ley divina.—Carta 316, 1908.
Resistan el enojo
Para esta gente hay solo un remedio: un dominio propio positivo en toda circunstancia. El esfuerzo tendiente a colocarse en lugares favorables, donde la voluntad propia no sea molestada, puede tener éxito por un tiempo; pero Satanás sabe dónde encontrar a esas pobres almas, y las atacará en sus puntos débiles una y otra vez. Se sentirán continuamente perturbadas mientras sigan pensando en sí mismas […]. Pero hay esperanza para ellas. Poned esta vida: tan tormentosa debido a sus conflictos y dificultades, en relación con Cristo, y el yo no pretenderá más tener la supremacía.—Hijos e Hijas de Dios, 144 (1886).
Deberían humillarse, diciendo con franqueza: “Me equivoqué. ¿Podría perdonarme? Porque Dios ha dicho que no debemos permitir que el sol se ponga sobre nuestro enojo”. Esta es la única manera segura de lograr la victoria. Muchos […] alimentan su enojo y se llenan de sentimientos de venganza y de odio […]. Resistan esos sentimientos equivocados, y experimentarán un gran cambio en su relación con sus semejantes.—The Youth’s Instructor, 10 de noviembre de 1886; Sons and Daughters of God, 142.
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #11: LOS PROBLEMAS EMOCIONALES Capítulo 56: LA IRA Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara