Demuestren que no es Dios quien causa el dolor y el sufrimiento, sino que el hombre, por su propia ignorancia y pecado, atrajo esa condición sobre sí mismo.—Joyas de los Testimonios 2:518 (1900).
El pecado produce dolor
La continua transgresión del hombre durante seis mil años ha producido enfermedad, dolor y muerte. Y a medida que nos acerquemos al fin, la tentación de complacer el apetito será más poderosa y más difícil de vencer.—Joyas de los Testimonios 1:423 (1875).
La naturaleza nos advierte mediante el dolor y el sufrimiento
Muchas personas viven violando las leyes de la salud, e ignoran la relación que existe entre sus hábitos de comida, bebida y trabajo, y la salud. No comprenden cuál es su verdadera condición hasta que la naturaleza protesta contra los abusos a que se la somete, provocando dolores en el organismo. Si tan solo en ese momento los pacientes comenzaran a obrar bien y se utilizaran los recursos sencillos que han descuidado: el uso de agua y el régimen de alimentación debido, la naturaleza tendría justamente la ayuda que necesita y que debería haber tenido mucho tiempo antes. Si se adoptan estas medidas, por lo general el paciente se restablecerá sin debilitarse.—Mensajes Selectos 2:516 (1865).
La intemperancia provoca sufrimiento
Muchos están tan dedicados a la intemperancia que no cambiarán su proceder de complacer la glotonería bajo ninguna consideración. Antes sacrificarían la salud, y morirían prematuramente, que restringir su apetito intemperante. Y hay muchos que son ignorantes de la relación que su comer y beber tienen con la salud. Si los tales fueran iluminados, podrían tener valor moral para renunciar a su apetito, y comer en forma más espaciada, y solo los alimentos que son saludables; así, mediante su propia conducta, se ahorrarían una gran cantidad de sufrimientos.—Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, 187 (1864).
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #11: LOS PROBLEMAS EMOCIONALES Capítulo 55: EL DOLOR Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara