sábado , 19 abril 2025

EL PRIMERO Y EL ÙLTIMO

La Biblia dice que Jesús es «el principio y el fin, el primero y el último» (Apoc. 22: 13). Como Creador y Dueño de todas las cosas, no depende de cálculos humanos para tener esa preeminencia, sino que es suya de forma inherente. Cuando decimos que queremos «poner primero a Dios», estamos diciendo, en otras palabras, que queremos reconocer su primacía y demostrarla de manera práctica.

¿Y cómo lo hacemos? Entre otras cosas, ponemos primero a Dios cuando pasamos tiempo en comunión con él cada día (en adoración personal, familiar o colectiva) antes de cualquier otra cosa; cuando, como Daniel, no reemplazamos nuestro momento acordado de adoración por cualquier otra actividad, incluso si corriera riesgo nuestra vida (ver Dan. 6); cuando los asuntos de Dios (beneficiar y salvar personas) tienen prioridad sobre nuestros propios asuntos (proveer para nosotros mismos); cuando buscamos formal e informalmente su aprobación y bendición antes de unirnos con nuestro cónyuge y compañero de vida; cuando renunciamos a cualquier inclinación sexual distinta que podamos tener, y aceptamos el patrón de Dios de que las relaciones amorosas se mantienen con una persona del sexo opuesto; cuando respetamos el sábado, incluso si nos arriesgamos a perder ingresos; o cuando devolvemos con fe el diezmo y las ofrendas regulares antes de cubrir cualquier otro gasto.

Quienes se toman en serio el seguir a Jesús saben que ese reconocimiento de su primacía se verá reflejado en la secuencia de eventos de su agenda diaria. Lo que ponemos primero determina cuánto lo valoramos. Cuando hablaba sobre necesidades materiales, Jesús afirmó que «todas estas cosas» «serán añadidas» a quienes buscan «primeramente» su reino y su justicia (Mat. 6: 33). Quienes piensan que buscan su reino y su justicia, pero no lo hacen «primeramente», no deberían esperar la provisión sobrenatural de Dios de la misma manera. Al igual que los laodicenses, podrían estar muy equivocados sobre su experiencia religiosa.

Como vimos antes, devolver a Dios ofrendas regulares luego de cualquier ingreso es una manera práctica de ponerlo a él primero. Es un recordatorio de que Dios debería recibir la primera parte, y la mejor, de todo lo que recibimos de él, incluso antes de cubrir gastos. No es que podamos nosotros beneficiarlo o alimentarlo a él; por el contrario, al recordar su bondad regularmente, nuestra fe se ve fortalecida, y somos desafiados a confiar más en él como Proveedor, y eso produce descanso emocional y paz mental.

El relato de la viuda de Sarepta confirma de manera práctica una de las expectativas de Dios sobre nuestros patrones de dadivosidad mientras hace avanzar su reino y sustenta a sus obreros en la tierra. Indica que hay una bendición especial reservada para quienes no solo sacrifican algo en honor al Señor, sino que también lo hacen antes que nada, antes de suplir sus propias necesidades. Es un ejercicio de confianza; una decisión de vivir bajo el paraguas de Jesús.

Como en el caso de la viuda, poner primero a Dios afecta de manera especial la forma en que nos relacionamos con los demás. Cuando alguien acepta el señorío de Jesús, su servicio misionero por el bien de otros también se vuelve una hermosa prioridad. El principio de «yo después de ti» que practica todo verdadero seguidor de Cristo también fue adoptado por patriarcas y profetas como Abraham, Isaac y Juan el Bautista.

Cuando la obra misionera de Cristo en beneficio de la salvación de otros se vuelve la prioridad en la vida, se proveerá para todas las necesidades de los discípulos, como ocurrió con la viuda de Sarepta. «Y si los hombres están dispuestos a convertirse en conductos a través de los cuales las bendiciones del cielo puedan fluir hacia otros, el Señor mantendrá esos canales provistos» (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 38).

¿Dónde ves a Jesús en 1 Reyes 17: 8 al 16?

¿En qué sentido puedes ver a Jesús en forma diferente, o identificar algún rasgo nuevo de él?

¿Qué está obstaculizando que pongas la comunión con Jesús «primero» en tu agenda diaria?

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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023.
1er. trimestre 2023 INVERSO
Lección 9 «LA VIUDA FENICIA: LA DADORA CONFIADA»
Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez 

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