«Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios viviente; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones». 2 Corintios 3:3, NVI
Retrocedamos un poco en el tiempo a la época en que yo tenía tu edad. No necesitas una máquina del tiempo, pero sí un poco de imaginación para visualizar algo que quizá no hayas visto: escribir Una carta a mano. Para hacerlo, usaba papel, lápiz y una mano firme para dibujar letra por letra lo que quería expresar. Si me equivocaba, no quedaba otra que hacer una bolita con el papel y empezar de nuevo.
Para proteger el contenido privado de la carta, doblaba el papel cuidadosamente y la introducía dentro de un sobre. La llevaba a la oficina de correos donde, después de pagar, le colocaban el sello postal o estampilla para ser enviada por cielo, mar o tierra, viajando kilómetros, tardando días, semanas y hasta meses, para que mi mensaje pudiera llegar.
Ahora volvamos al tiempo actual, tu tiempo, el tiempo en que el desarrollo de la tecnología y las comunicaciones digitales ha cambiado la manera de enviar un mensaje. Ahora todo se envía con un clic y el mensaje llega casi inmediatamente. En algunos casos, estos mensajes pueden hacerse virales y ser vistos por miles y miles de personas. ¿No es sorprendente? Los tiempos cambian, las cosas se transforman, pero una carta escrita a mano o un mensaje tecleado con las yemas de los dedos, enviado por la oficina de correos o en un clic, tienen la misma finalidad: llevar un mensaje.
Si Jesús escribiera hoy, quizás nos animaría a ser «mensajes virales», esos mensajes que en un ratito ¡recorren todo el mundo! El versículo de hoy dice que el Espíritu de Dios escribe, no en hojas ni en una pantalla, sino en nuestros corazones; no mensajes privados, sino abiertos al mundo, ¡virales! ¿Cuál será el mensaje que llevamos? Yo quisiera que mi mensaje siempre sea de gratitud, porque la gratitud es contagiosa, la gratitud le da vida al alma, la gratitud es un imán que atrae las cosas buenas y resalta el amor de Dios por mí.
Jesús envía un mensaje al mundo a través de ti. Un mensaje a tus amigos, a tu familia y a cada lugar que vas. Quizás ellos no tengan la oportunidad de leer la Biblia, pero pueden leer del incomparable amor de Dios «haciendo un clic» en tu corazón agradecido. ¡Gracias, Señor, por el privilegio de ser usado como un mensaje de amor y gratitud al mundo!
Magaly
#MatinaldeMenores
#RadioJovenAdventista
#MeditacionesDiarias
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2022.
“UN RAYITO DE LUZ PARA CADA DÍA”
Por: «Gabriela Ruth Brizuela de Graf
Ninayette Galleguidos Treviño
Magaly Tuesta Viveros de Alaña
Mirta de Samojluk
Cinthya Samojluk de Graf»
Colaboradores: Uriel Agustin & Karla González.