«Los saduceos razonaban que, si el cuerpo se ha de componer en su estado inmortal de las mismas partículas de materia que en su estado mortal, entonces cuando resucite de los muertos, deberá tener carne y sangre, y reasumir en el mundo eterno la vida interrumpida en la tierra. En tal caso, concluían que las relaciones terrenales se reanudarían, el esposo y la esposa volverían a unirse, se consumarían los matrimonios, y todas las cosas irían como antes de la muerte, perpetuándose en la vida futura las fragilidades y pasiones de esta vida. […]
»Dios cuenta las cosas que no son como si fueran. Él ve el fin desde el principio, y contempla el resultado de su obra como si estuviera ya terminada. Los preciosos muertos, desde Adán hasta el último santo que muera, oirán la voz del Hijo de Dios y saldrán del sepulcro para tener vida inmortal. Dios será su Dios y ellos serán su pueblo. Habrá una relación íntima y tierna entre Dios y los santos resucitados. Esta condición, que se anticipa en su propósito, es contemplada por él como si ya existiera. Para él los muertos viven».— Elena g. de White, El Deseado de todas las gentes, cap. 66, pp. 571, 572
«Yo Soy significa una presencia eterna. El pasado, el presente y el futuro son iguales para Dios. Él ve los acontecimientos más remotos de la historia pasada y el futuro lejano con una visión tan clara como nosotros vemos las cosas que suceden diariamente».— Elena g. de White, A fin de conocerle, p. 21
«Si se han entregado a Dios, para hacer su obra —dice Jesús—, no se preocupen por el día de mañana. Aquel a quien sirven percibe el fin desde el principio. Lo que sucederá mañana, aunque esté oculto a nuestros ojos, es claro para el ojo del Omnipotente».— Elena g. de White, La oración, cap. 21, p. 270
«Dios conoce el fin desde el principio. Conoce el corazón de todo ser humano. Lee todos nuestros secretos. Sabe si aquellos por quienes se hace oración podrían o no soportar las pruebas que les acometerían si hubiesen de sobrevivir. Sabe si sus vidas serían bendición o maldición para sí mismos y para el mundo. Esto es una razón para que, al presentar encarecidamente a Dios nuestras peticiones, debamos decirle: “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Luc. 22: 42)».— Elena g. de White, Consejos para la iglesia, cap. 54, p. 555
Después de estudiar del capítulo de esta semana, ¿Qué efecto crees que producirá en tu vida personal?
¿Qué efecto crees que producirá en tu vida social?
Repasa el versículo para memorizar. ¿Cómo se aplica a tu vida esta semana?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2022. 3er. trimestre 2022 INVERSO Lección 11 «TODOS VIVEN PARA ÉL» Colaboradores: Israel Esparza y Mayra Cota.