«¿Y por qué se preocupan por la ropa?
Observen cómo crecen los lirios del campo.
No trabajan ni hilan; sin embargo,
les digo que ni siquiera Salomón,
con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos».
Mateo 6: 28, 29, NVI
EL GRAN ARTISTA MAESTRO llama nuestra atención hacia las humildes flores del campo, y nos señala el hermoso colorido y la maravillosa variedad de tintes que poseen. Así Dios revela su habilidad y cuidado. Así muestra el gran amor que tiene por cada ser humano.— Carta 24, 1899.
El Señor nuestro Creador pone tanto cuidado, sabiduría y tiempo en la flor insignificante como en las grandes cosas que crea. En las flores más pequeñas se ve una hermosura y perfección que el arte humano no puede copiar. Los delicados trazos de la rosa matizada, tanto como las estrellas en el cielo, manifiestan las pinceladas del gran Artista Maestro.— Manuscrito 47, 1898, p. 6.
Las flores escogidas […] revelan las ventajas del cultivo. Nos enseñan que es nuestro privilegio mejorar. Dios quiere que pongamos fragancia en la obra de nuestra vida. Debemos ser las plantas del Señor, que le sirvamos de la manera que él quiera. Pongamos todo lo que está de nuestra parte para hermosear nuestro carácter. […] El Señor ha confiado sus huertos a hábiles cuidadores cuya obra es ocuparse de sus hermosas plantas. Se ha de conceder un tierno cuidado a las delicadas plantas. Los brotes inútiles han de cortarse. Las partes quebradas han de ser vendadas cuidadosamente. De esta manera, los que son débiles en la fe han de recibir un cuidado estimulados. Debemos atar a los débiles del jardín del Señor a nuestros propósitos más fuertes, para brindarles apoyo.
De la interminable variedad de plantas y flores podemos aprender una importante lección. No todas las flores son iguales en su forma y color. Algunas poseen virtudes sanadoras. Otras son siempre fragantes. Hay cristianos profesos que piensan que es su deber convertir a todos los demás cristianos a su semejanza. Este es el plan del ser humano y no el plan de Dios. En la iglesia de Dios hay lugar para caracteres tan variados como son las flores del jardín. En su jardín espiritual hay muchas variedades de flores.— Carta 95, 1902.
El Señor cuida de las flores. Les da hermosura y fragancia. ¿No nos dará mucho más la fragancia de una disposición gozosa?— Carta 143, 1902, p. 9.