Debemos andar gozándonos en la verdad. No debe ser para nosotros un yugo de esclavitud, sino un consuelo, un mensaje de buenas nuevas de gran gozo que anime nuestros corazones, y nos haga cantar melodías en honor a Dios. A través de la paciencia y el consuelo de las Escrituras, tenemos esperanza. La esperanza cristiana no es sombría, sin consuelo. Oh no no. No nos encierra en una prisión de dudas y temores. La verdad nos hace libres a aquellos que la amamos y somos santificados mediante ella. Andamos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Nosotros, que pretendemos creer la verdad, debemos revelar sus frutos en nuestras palabras y carácter. Debemos estar muy avanzados en el conocimiento de Jesucristo, en la recepción de su amor a Dios ya nuestros semejantes, a fin de tener la luz del cielo brillando en nuestra vida diaria. La verdad debe alcanzar hasta los lugares más recónditos del alma, y limpiar de ella todo lo que no sea semejante al espíritu de Cristo; y el vacío debe ser llenado por los atributos de su carácter, que es puro, y santo, y sin contaminación, para que todas las fuentes del corazón sean como flores, fragantes, con perfume, un olor suave, un sabor de vida para vida (Nuestra elevada vocación, p. 35).
Cuando estamos rodeados de dudas y las circunstancias nos dejan perplejos, o nos afligen la pobreza y la angustia hacer, Satanás procura vacilar nuestra confianza en Jehová. Entonces es cuando despliega delante de nosotros nuestros errores y nos tienta a desconfiar de Dios, a poner en duda su amor. Así espera desalentarse al alma, y separarnos de Dios…
Pero Dios comprende, y sigue manifestando compasión y amor. Lee los motivos y los propósitos del corazón. Aguardar con paciencia, confiar cuando todo parece sombrío, es la lección que necesitan aprender los dirigentes de la obra de Dios. El Cielo no los desamparará en el día de su adversidad. No hay nada que parezca más impotente que el alma que siente su insignificancia y confía plenamente en Dios (Profetas y reyes, p. 129).
Si se las aprende bien, las lecciones que Dios envía imparten ayuda oportuna. Pongan su confianza en Dios. Oren mucho y crean. Si confían, esperan, creen y se aferran de la mano del poder infinito, serán más que vencedores.
Los verdaderos obreros andan y trabajan por la fe. A veces se cansan de observar el lento progreso de la obra, cuando la batalla ruge entre las potestades del bien y el mal. Pero si se niegan a aceptar el fracaso os desalentarse, verán disiparse las nubes y cumplirse la promesa de la liberación. A través de la neblina con que Satanás los ha rodeado, verán resplandecer los brillantes rayos del Sol de justicia.
Obren con fe, y confíen los resultados a Dios. Oren con fe, y el misterio de su providencia daría su respuesta. Tal vez parezca, a veces, que no puede tener éxito. Pero trabajen y crean, poniendo en sus esfuerzos fe, esperanza y valor. Después de hacer lo que puedan, esperen en el Señor, declarando su fidelidad, y él cumplirá su palabra. Aguarden, no con ansiedad inquieta, sino con fe indómita y confianza inconmovible (Testimonios para la iglesia, t. 7, pp. 232, 233).
Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2022. 3rd Trimestre 2022 «EN EL CRISOL CON CRISTO» Lección 11: «AGUARDAR EN EL CRISOL» Colaboradores: Wilber Valero & Esther Jiménez