¿Por qué no mantener su mente fija en las inescrutables riquezas de Cristo a fin de que usted pueda presentar a otros las gemas de la verdad? […] Es imposible hacerlo mientras nos complacemos en un espíritu ocioso e inquieto, buscando constantemente algo que meramente gratificará los sentidos, algo para entretenernos y producir risas necias […]. No debemos fijar nuestra mente sobre cosas como estas, cuando hay inescrutables riquezas para nosotros.
Nos llevará toda una eternidad comprender las riquezas de la gloria de Dios y de Jesucristo. Pero las mentes que están ocupadas con lecturas frívolas, con cuentos excitantes, o que buscan entretenimientos, no se espacian en Cristo y no se pueden regocijar en la plenitud de su amor. La mente que encuentra placer en pensamientos necios y conversaciones frívolas están tan desprovistas del gozo de Cristo como lo estaban sin rocío ni lluvia los montes de Gilboa.—The Review and Herald, 15 de marzo de 1892.
EL REMOLINO DE EXCITACIÓN
Las ciudades de hoy están llegando rápidamente a ser como Sodoma y Gomorra. Los feriados son numerosos, el remolino de la excitación y del placer aleja a miles de los deberes serios de la vida. Los deportes excitantes—el teatro, las carreras de caballos, los juegos de azar, el consumo de alcohol, y las fiestas—estimulan todas las pasiones a la actividad.
Los jóvenes son barridos por la corriente popular. Los que aprenden a amar los entretenimientos como un fin en sí mismos, abren las puertas a un torrente de tentaciones. Se entregan a la algazara social y a la alegría sin sentido. Son llevados de una forma de disipación a otra, hasta que pierden tanto el deseo como la capacidad para una vida de utilidad. Sus aspiraciones religiosas se enfrían, su vida espiritual se oscurece. Las facultades más nobles del alma, todo lo que liga al hombre con el mundo espiritual, se degrada. —Testimonies for the Church 9:89, 90 (1909).
PARTIDAS DE PLACER
Muchos permiten a los jóvenes asistir a partidas de placer, pensando que la recreación es esencial para la salud y la felicidad; pero ¡qué peligros hay en este camino! Cuanto más se complace el deseo de placer, tanto más se cultiva y más fuerte se vuelve. La experiencia de la vida consiste mayormente en complacencia propia y diversión.
Dios nos ordena ser cuidadosos. “Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga”. 1 Corintios 10:12. —Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 331.
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #1 Capítulo 33: “LOS PELIGROS QUE ENFRENTA LA JUVENTUD” Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara