«ESE HOMBRE ES COMO UN ÁRBOL PLANTADO A LA ORILLA DEL RÍO, QUE DA SU FRUTO A SU TIEMPO Y JAMÁS SE MARCHITAN SUS HOJAS. ¡TODO LO QUE HACE, LE SALE BIEN!». SALMO 1:3
¿Cuál es la fruta que más te gusta? A mí me gustan todas las frutas, pero el mango ¡me encanta! Es una fruta exquisita, jugosa y con mucha pulpa de delicioso sabor. Pero lo mejor del mango no es solo su sabor, sino que es una excelente fuente de nutrientes. El mango no crece en todos los países, pero este año me tocó vivir en uno donde los hay en abundancia, y no puedo resistirme a disfrutar un plato hondo lleno de cuadritos de mango casi todos los días.
¿De dónde provienen los mangos? Estoy segura de que tú lo sabes. Todos son cosechados de árboles de mangos que han sido cuidados y regados con abundante agua. ¿Qué pasaría si el árbol nunca recibiera agua? Exactamente: un árbol sin agua es un árbol muerto, y un árbol muerto no puede producir vida. No crece, no le salen hojas y peor aún, no da ninguna clase de frutos. ¡No sirve para nada!
Jesús contó la historia de un hombre que tenía un árbol de higos, pero no producía frutos. Esperó tres años, pero la higuera no produjo nada. Llamó al cuidador de la higuera y le dijo: «¡Córtala!». El cuidador solicitó una oportunidad más para el árbol, para en un año más cuidarla mejor y hacer una zanja alrededor para echarle más agua. Si al final de este tiempo no daba frutos, entonces la cortaría. El dueño accedió (lee Lucas 13:6-9).
Dios nos ha «sembrado» en esta tierra y espera que produzcamos excelentes frutos en nuestra vida. ¿Qué clase de frutos? Amar a nuestro prójimo y a su creación; estar siempre gozosos y no ser renegones; tener la conciencia tranquila y la paz de Dios en el corazón; ser pacientes con nuestros amigos y hermanos menores; destilar bondad y gentileza por donde quiera que vayamos; vivir nuestra fe; ser humildes; y practicar la templanza y el control de nuestras emociones en todo momento.
Si no produces frutos de excelencia todavía, al igual que el dueño de la finca, Dios está dispuesto a darte otra oportunidad. ¿Cuál es el secreto? Nuestro versículo nos lo recuerda: ser como el árbol plantado junto a corrientes de agua de vida, que es Jesús. Así, todo lo que hagas será prosperado y podrás convertirte en alguien con una vida llena de frutos de excelencia.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2022. “UN RAYITO DE LUZ PARA CADA DÍA” Por: «Gabriela Ruth Brizuela de Graf Ninayette Galleguidos Treviño Magaly Tuesta Viveros de Alaña Mirta de Samojluk Cinthya Samojluk de Graf» Colaboradores: Uriel Agustin & Karla González.