Por naturaleza los jóvenes desean actividad, y si no encuentran una salida legítima para las energías reprimidas después de estar confinados en el aula, se vuelven inquietos e impacientes por el control, y así son impulsados a ocuparse de deportes rudos e indignos de un hombre que son la desgracia de muchas escuelas y colegios, y aun caen en prácticas de verdadera disipación. Muchos de los jóvenes que eran inocentes cuando salieron de sus hogares fueron corrompidos por aquellos con quienes se asociaron en la escuela.— The Signs of the Times, 29 de junio de 1892; Fundamentals of Christian Education, 72.
RESPONDEN A LAS SUGERENCIAS
Ninguna recreación que sea útil únicamente para ellos dará por resultado una bendición tan grande para los niños y jóvenes como la que los dirija a ser útiles a los demás. Los jóvenes, que por naturaleza son entusiastas e impresionables, responden rápidamente a la insinuación. Al hacer planes para el cultivo de las plantas, el maestro debería esforzarse por despertar interés en el embellecimiento de la propiedad escolar y del aula. El beneficio será doble. Los alumnos, por una parte, no van a destruir ni malograr lo que ellos mismos están tratando de embellecer, y por otra se estimularán el refinamiento del gusto, el amor al orden y el hábito de ser cuidadoso. El espíritu de compañerismo y cooperación que se desarrolla de esta manera será, además, una bendición duradera para los alumnos.—La Educación, 212, 213 (1903).
ALGUNAS VECES NO VEN A DIOS COMO UN PADRE AMANTE
Los jóvenes generalmente se conducen como si las preciosas horas del tiempo de gracia, mientras dura la misericordia, fueran un tiempo de vacaciones grandioso y que fueron puestos en este mundo meramente para divertirse, para complacerse con una actividad excitante tras otra. Satanás ha estado haciendo esfuerzos especiales para conducirlos a encontrar la felicidad en las diversiones mundanas y justificarse a sí mismos tratando de demostrar que estas diversiones son inocentes, inofensivas, y aun importantes para la salud. Algunos médicos han dado la impresión de que la espiritualidad y la devoción a Dios son perjudiciales para la salud. Esto conviene al adversario de las almas.—Testimonies for the Church 1:501 (1867).