Esta es una era disoluta. Los niñitos y las niñitas comienzan a cortejarse mutuamente cuando debieran estar ambos en el jardín de infantes, recibiendo lecciones de recato en la conducta. ¿Cuál es el efecto de este trato tan libre? ¿Aumenta la castidad en la juventud que así se reúne? ¡No, ciertamente! Aumenta las primeras pasiones concupiscentes. Después de tales reuniones, los jóvenes están enloquecidos por el diablo y se entregan a sus viles prácticas. Los padres duermen y no saben que Satanás ha plantado su bandera infernal en su propio hogar. Fui inducida a preguntar, ¿qué llegará a ser de la juventud en esta era corrupta? Repito, los padres están durmiendo. Los hijos están infatuados con un sentimentalismo enfermizo y la verdad no tiene poder para corregir lo equivocado. ¿Qué se puede hacer para detener la marea del mal? Los padres pueden hacer mucho si así lo determinan.
Si una jovencita que acaba de entrar en la adolescencia es molestada con las familiaridades de un muchacho de su propia edad, o mayor, debiera enseñársele a manifestar su repudio de tal modo que no se repitan tales familiaridades. Cuando los muchachos o jóvenes buscan con frecuencia la compañía de una niña, algo anda mal. Esa niña necesita que una madre le muestre su lugar, que la reprima y le enseñe lo que corresponde a una niña de su edad.
Ha hecho su obra perniciosa la doctrina corruptora prevaleciente de que, desde el punto de vista de la salud, los sexos deben entremezclarse. Cuando los padres y tutores manifiesten una décima parte de la astucia que posee Satanás, entonces esta asociación de los sexos podrá ser casi inofensiva. Tal como es, Satanás tiene un éxito pleno en sus esfuerzos para cautivar la mente de los jóvenes y la asociación de muchachos y niñas tan sólo la aumenta veinte veces más.—Testimonies for the Church 2:482, 483.
EL CUADRO NO ES EXAGERADO —
No os engañéis a vosotros mismos con la creencia de que, después de todo, este asunto se presenta delante de vosotros en forma exagerada. No he cargado la tinta al cuadro. He declarado hechos que soportarán la prueba del juicio. ¡Despertad! ¡Despertad! Os ruego antes de que sea demasiado tarde para corregir los males, y perezcáis con vuestros hijos en la ruina general. Emprended la solemne obra y procurad la ayuda de cada rayo de luz que podáis reunir que ha brillado sobre vuestra senda y que no habéis apreciado. Y, juntamente con la ayuda de la luz que ahora brilla, comenzad una investigación de vuestra vida y carácter como si estuvierais delante del tribunal de Dios.—Testimonies for the Church 2:401.
A menos que los padres se despierten, no hay esperanza para sus hijos.—Testimonies for the Church 2:406.
CONDUCCIÓN DEL NIÑO SECCIÓN #16 * Preservación de la Integridad Moral * Cap. 70: “ PRECAUCIONES Y CONSEJOS ” Por: Elena G De White Colaboradores: América Lara & Adriana Jiménez