«Si de veras obedeces al Señor tu Dios, y pones en práctica todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, entonces el Señor te pondrá por encima de todos los pueblos de la tierra». Deuteronomio 28: 1.
¿Has pensado por qué Dios nos pide que seamos obedientes? Se tiende a pensar que es mejor hacer lo que uno quiere, que lo que te dicen que debes hacer. Sin embargo, el tema de la obediencia viene de antes de que se creara este planeta. Procede del cielo, porque fue Dios quien la instituyó con el objetivo de beneficiar y hacer feliz al obediente. Por lo tanto, Dios estableció la obediencia desde el cielo, donde los ángeles seguían fielmente sus mandamientos. Todos eran felices; no había lágrimas, ni enfermedades, ni peleas; todo era armonía, paz y felicidad. El plan ideal de Dios para nosotros también era que fuéramos obedientes siempre, para que fuéramos felices como eran todos en el cielo.
Tristemente, el pecado entró por la desobediencia y todo se complicó. Pareciera que es más divertido ser desobediente, pero definitivamente quiero que sepas que nunca va a traer verdadera paz y gozo; normalmente esto trae lágrimas. Tan solo recuerda alguna de tus aventuras siendo desobediente. Puede ser que lo pasaras bien en el momento, pero lo más probable es que el fin no fuera tan bueno, ¿verdad?
Dios nos pide que seamos obedientes para bendecirnos, por nuestro bien, para darnos la verdadera felicidad que perdura. Otra razón por la que Dios quiere que obedezcas es para vencer al enemigo, porque cuando no obedecemos, nos convertimos en hijos «rebeldes» y eso no le agrada a él. AI obedecer, glorificamos el nombre de Dios porque le mostramos al universo que nos observa, que es posible ser fiel, a pesar del mal. Le mostramos que deseamos hacer su voluntad, seguir sus mandamientos y enseñanzas; y el Señor se regocija y celebra al ver que lo honramos siendo obedientes.
Finalmente, él quiere que seamos obedientes como él fue. Jesús buscaba obedecer a su Padre celestial en todo lo que hacía. Vivía en constante oración y le preguntaba si lo que iba a hacer le agradaba y si era su voluntad. Imitar a Jesús ha de ser tu desafío cada día. Ver el rostro sonriente de papá, mamá, la abuelita, el profesor y, principalmente, el de Jesús cuando eres obediente es la mejor recompensa que puedes recibir y la que te da verdadero gozo y paz.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2022. “UN RAYITO DE LUZ PARA CADA DÍA” Por: «Gabriela Ruth Brizuela de Graf Ninayette Galleguidos Treviño Magaly Tuesta Viveros de Alaña Mirta de Samojluk Cinthya Samojluk de Graf» Colaboradores: Uriel Agustin & Karla González.