«Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice, no endurezcan su corazón». Hebreos 3: 15.
Estoy segura de que podrías reconocer la voz de tu mamá aun en medio de muchas voces. Cuando escuchas ese sonido especial, el timbre de voz de tu mami, no dudas. Sabes que es ella. ¡Y espero que obedezcas rápidamente!
Hoy te quiero contar la historia de Pablo, y cómo él escuchó la voz de Dios y obedeció. Cuando Saulo, quien más tarde sería llamado Pablo, iba camino a Damasco, Jesús le habló. Otros no escucharon la voz, pero sí Saulo. La escuchó y decidió obedecerla. No dudó ni por un momento, cambió su nombre y comenzó una nueva vida. El que había sido perseguidor de los seguidores de Jesús pasó a ser un fiel apóstol del evangelio.
Años más tarde, Pablo se encontraba en la prisión con su amigo Silas por predicar las buenas nuevas de Jesús. Pablo y Silas cantaron y cantaron, manifestando su fe en el poder de Dios para liberarlos, si era su voluntad. Entonces se produjo un terremoto. Tan intenso fue que las puertas de las celdas se abrieron.
No sé tú, pero yo posiblemente hubiera interpretado que ese terremoto y las puertas abiertas eran la señal de Dios para escapar de un castigo injusto. Pero Pablo y Silas se quedaron. ¿Por qué se quedaron? Yo creo que Pablo y Silas escucharon la voz de Dios. Cuando el guarda romano vio la destrucción causada por el terremoto, estaba seguro de que todos los presos habrían huido. Sacó su espada, desesperado, listo para quitarse la vida. Y allí fue cuando Pablo le dijo: «No lo hagas, estamos todos aquí» (lee Hechos 16: 28). Luego de ese momento, Pablo y Silas compartieron con ese carcelero las buenas nuevas de Jesús, y el carcelero y su familia fueron bautizados.
¿Por qué Pablo y Silas se quedaron cuando podrían haberse escapado? Porque escucharon la voz de Dios, que les indicó quedarse y ser de bendición para ese carcelero y para los otros presos. Porque obedecieron la voz de su Amigo aun en un momento cuando hacerlo parecía ridículo. Porque conocían la voz de Dios y estaban listos para hacer su voluntad incluso si no era conveniente para ellos.
Hoy tú también puedes escuchar la voz de tu Amigo y decidir obedecerla, aun cuando sea difícil.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2022. “UN RAYITO DE LUZ PARA CADA DÍA” Por: «Gabriela Ruth Brizuela de Graf Ninayette Galleguidos Treviño Magaly Tuesta Viveros de Alaña Mirta de Samojluk Cinthya Samojluk de Graf» Colaboradores: Uriel Agustin & Karla González.