Ciertas secciones de la Biblia hacen que algunos lectores tímidos salgan despavoridos para no morir de aburrimiento. Entre las causantes de esta estampida están las genealogías, las listas de pecados que debemos evitar, la mención de algunos personajes y ciertos atributos que debemos procurar. Sin embargo, cada uno de estos elementos tiene su propia bendición y enseñanza, incluso si requieren un poco más de tiempo para descubrirlos. Los autores bíblicos no estaban limitados por un número de palabras, así que cada intención detrás de sus palabras merece nuestra consideración.
La definición que Santiago da de la sabiduría que viene de Dios es una de esas listas con un montón de palabras bonitas que a menudo pasamos por alto. Pero ¿qué podemos descubrir si las examinamos una a una? ¿Cómo es en realidad la sabiduría celestial?
La sabiduría celestial:
Es pura. No está contaminada por actitudes y motivaciones pecaminosas. Esta es la primera evidencia de que la sabiduría proviene de Dios, ya que esta pureza sólo es posible viniendo de Dios mismo.
Es pacífica. La verdadera pureza conduce a la verdadera paz. Por consiguiente la sabiduría que viene de Dios puede traer paz entre partes en disputa y, más aún, traer paz al corazón de una manera que nada más puede lograrlo. Por lo tanto, esta clase de sabiduría comparte la paz con los demás y llena de paz al que la posee.
Es amable. La verdadera sabiduría no impone lo que sabe a los demás, sino que trata a las personas con amabilidad y delicadeza, ya sea que estén de acuerdo o estén en el error.
Está dispuesta a ceder. La verdadera sabiduría está abierta a la discusión, abierta a los razonamientos, a la conversación, al cambio y a aceptar que se ha equivocado. No cambia por complacer a los demás, ni permanece en su obstinación «solo porque sí».
Está llena de misericordia. La verdadera sabiduría le dice a quien la posee que debe extender a los demás la misma misericordia que ha recibido. Después de ser receptor, ahora es un conducto.
Produce buenos frutos. La verdadera sabiduría se expresa en la vida porque su origen es genuino y sincero. La evidencia en la vida del que la posee es prácticamente inevitable.
No tiene favoritismos. La verdadera sabiduría no hace «ninguna diferencia entre unas personas y otras» (Deut. 16: 19) porque sabe que hacerlo es insensato (como Santiago ya dejó claro en el capítulo 2).
No es hipócrita. Esta clase de sabiduría no pretende ser algo o alguien que no es. Es sincera y auténtica. No es una máscara que se usa externamente, sino que impregna todo el ser del que la posee.
Estos no son atributos que se usan para «atraer» la sabiduría celestial, puesto que esa sabiduría no es algo que se puede buscar y ensamblar para que su poseedor pueda decir: «¡Ahora tengo sabiduría que viene de Dios!». Se trata de una descripción de cómo actúa, es y vive alguien cuando tiene la sabiduría que viene de Dios. Estos son los efectos, no las causas, de la sabiduría celestial.
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2022. 2do. trimestre 2022 INVERSO Lección 7 «SABER NO ES SUFICIENTE» Colaboradores: Israel esparza & Mayra Cota